Misioneros todos

Publicado el 24/10/2023
Agustinos


Texto:  Pablo Tirado, OSA
Música: Acousticguitar

Misioneros todos

En estos inicios de la semana del domingo del Domund, sigue resonando en nosotros una de las palabras más “eclesiales”, y por eso usadas, de nuesto vocabulario cristiano: misionero…pero, ¿qué queremos decir con esta palabra? ¿Dos tipos desconocidos llamando a la puerta diciendo que Dios nos salva? ¿Folletos bíblicos que llaman a la conversión de los no creyentes? ¿Fanáticos rompiendo ídolos o altares paganos? ¿Antiguos colaboradores de colonizadores? En absoluto.

Dentro de todas las acciones y actividades que desarrolla la Iglesia, existen algunas que específicamente están orientadas al anuncio del Evangelio a los no creyentes. Generalmente, esta llamada Missio ad gentes está vinculada también a países en vías de desarrollo. Y, recordando y agradeciendo a Dios esta actividad específica de la Iglesia, quisiera que sirviera de estímulo para que todos desarrollemos nuestra propia vocación misionera. Sí, no solo recordar, agradecer y colaborar con aquellos misioneros, sino que ellos nos sirvan de estímulo y referencia para nuestra propia vocación misionera.

Sí, en efecto, decimos que la Iglesia es Misionera porque ha recibido de Jesucristo el encargo (misión) de evangelizar, es decir, de hacer que toda la humanidad conozca a Jesucristo y viva en comunión con Él y su Evangelio. Todos los miembros de la Iglesia, participamos de esta misión, en tanto que con nuestro testimonio de vida cristiana proclamamos con ella y nuestras acciones a Jesucristo a los demás. En este mismo sentido, cualquier cristiano estaría cumpliendo con su misión con el simple hecho de ser un buen cristiano, porque estaría anunciando a Jesucristo a través de su vida en su familia, en su trabajo, etc. De la misma manera, podría decirse que todo lo que hace la Iglesia está ordenado a dar cumplimiento a esta misión.

Quisiera acabar, recordando a una de nuestras misioneras por excelencia que nos pone en el horizonte de misión como testimonio, y no como palabras e imposición. Santa Teresa de Calcuta decía: “Les doy a las personas una experiencia de Dios; y después de eso, depende de ellas cómo eligen adorar”. Y, en este sentido, yo diría que ser misionero, dar testimonio, consiste en enamorarse del mundo porque te has enamorado de Dios, de quien todo es reflejo.