Texto: Agustín Alcalde, OSA
Música: Amazing Grace
Una buena muerte
Una buena muerte, o algo así, deseábamos el 2 de noviembre de 2023. Día de los vivos para Dios, difuntos para nosotros. Hace 12 días.
Reflexionaba ese día con más de cien personas de la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte en la ciudad de Cádiz.
Había anochecido y se escuchaba en la iglesia de San Agustín, un silencio espeso, respetuoso, vivo.
En ese momento abrimos juntos el alma a tres grandes palabras de Jesús, sujeto a una cruz negra; pero Él estaba separado de la madera, como si le quemara o se sintiera resucitado. -“Estás muerto”, quise decirle, con tu cabeza doblada que parece querer llegar al corazón.
Él callaba, pero yo sé que hablaba, en realidad de tres mensajes, doce palabras: “Yo soy el camino. Yo soy la verdad. Yo soy la vida”. Doce palabras amigas para sus doce amigos: Camino no trazado. Verdad en búsqueda. Vida por fin…imaginaba yo.
Y el silencio seguía en la iglesia, abarrotada de ojos para ver la senda a seguir, de pies para buscar inquietos el final, de manos para sujetar la vida que llegaba nueva.
Cristo de ojos cerrados,
de pies uno sobre otro,
con manos y pies clavados con tres largos clavos…
La vida se doblaba en los dedos,
no de dolor sino de esperanza de futuro:
una Buena Muerte por fin.
Eso que parecía una noche oscura, cuando Él solo habló, sólo Él quedó clavado por amor para, sin abrir los ojos, juntar sus pies presos y levemente recoger sus manos taladradas… dando una caricia oportuna a una Buena Muerte.
Nadie podrá nunca copiar o sentir esa muerte, porque tras Él solo nos queda, la vida con Él, … una Buena Muerte en unión con Cristo, el de la Buena Muerte.
Ocurrió en Cádiz, una noche más, un día de silencio; anoto:
fiesta de todos los difuntos.
BUENOS DÍAS, en la noche.