La fuerza de la oración

Publicado el 20/11/2023
Agustinos


Texto:  Santiago Alcalde, OSA
Música:  Acousticguitar

Respiración del alma

La oración, que es la respiración del alma, también es capaz de dar fuerza y ánimo al cuerpo de la persona más abatida y apesadumbrada.

Cuentan que, durante la última guerra mundial, junto al cadáver de un soldado, se encontró esta preciosa carta dirigida a Dios: “Oye, Señor, me han dicho que tú no existes, y yo, estúpidamente, lo he creído. Anteayer, desde el fondo del agujero abierto por una gran bomba, vi tu cielo y de pronto me di cuenta de que me habían engañado. Por eso te escribo ahora. ¿Te gustaría que nos diéramos la mano como amigos? Yo te quiero y deseo que tú lo sepas. Aquí estamos esperando, de un momento a otro, un duro ataque del enemigo. Quizás me alcance una bala y esta misma tarde yo toque a tu puerta. Como tú y yo no hemos sido amigos hasta ahora, te suplico que salgas a la puerta a recibirme, para saber quién eres. No he llorado en mi vida, pero en estos momentos, mientras te escribo, estoy llorando como un niño, no de miedo; sino de amor...  Hasta pronto, amigo Dios”.

La oración no es sólo propia de los cristianos; sino de todos los creyentes. Un ejemplo de esto lo tenemos en Leonar Cohen. Él fue un famoso escritor, compositor y cantante canadiense. Judío por nacimiento y tradición; su sensibilidad religiosa le llevó al budismo. Falleció, a finales del año 2016, con 82 años. En una entrevista que le hicieron estas fueron sus palabras:

“Si me siento flojo, hago ejercicio físico. Si me siento perezoso mentalmente, me pongo a resolver algún problema. Y si me siento perdido, rezo. Sentirse perdido, angustiado, y rezar a Dios es disipar dudas, calmar temores y acertar el camino. Sentirse abatido, triste, y orar a Dios es hallar consuelo para nuestra tristeza, apoyo a nuestras debilidades y el remedio para una buena salud espiritual. Sentirse hundido y dirigirse a Dios es reflotar la propia existencia, reponer fuerzas para seguir, experimentar la cercanía de Dios y hallar la paz para nuestro corazón. ¡Pero, ojo, que rezar no es repetir palabras sin darse cuenta de lo que se dice!”.

Buenos días,