Texto: Blanca Rodrigo
Música: Bensound cute
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¡Buenos días!,
Hoy se celebra el día de Santa Bárbara, patrona de la artillería y muy popular por el famoso refrán “Sólo te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena”, es decir que sólo nos acordamos de alguien cuando le necesitamos para algo.
Bárbara de Nicomedia nació a principios del siglo III, en la actual ciudad turca de Izmit. Su padre, un tirano llamado Dióscoro, la encerró en un castillo al enterarse de que se había convertido al cristianismo. Poco después la obligó a casarse a lo que ella se opuso diciendo que elegía a Cristo como su esposo. Se escapó y huyó, pero su padre la persiguió, y fue torturada y finalmente condenada a muerte.
Un 4 de diciembre, su propio padre la decapitó en la cima de una montaña, y cuenta la leyenda que cuando lo hizo, un rayo lo alcanzó y lo mató.
Probablemente por los rayos y truenos que hubo en el momento de su muerte, Santa Bárbara se convirtió en la patrona de todos los artilleros europeos y también de todas las profesiones que tienen que ver con explosivos y fuego: mineros, canteros, bomberos, feriantes, fundidores, electricistas…, y especialmente de los militares que pertenecen al arma de artillería en la mayoría de los ejércitos. Es, en definitiva, una de las patronas más populares de todo el mundo.
En este recién estrenado tiempo de Adviento, os propongo no tener que aplicarnos el famoso refrán de Santa Bárbara, e intentar acordarnos de todos aquellos que tenemos cerca, o quizá no tanto, para hacernos presentes en su día a día, ofrecer nuestra compañía y cariño, hacer una llamada, acompañar a alguna gestión, escuchar simplemente su sentir, rezar por y con ellos, o escribir aquellas cuatro líneas que sabemos les van a emocionar leer.
En el calendario de Adviento que la semana pasada hicimos en catequesis, con los niños que tomarán su Primera Comunión en mayo, muchas de las acciones iban encaminadas a este objetivo, y espero que mis niños se estén ganando las chocolatinas después de haber cumplido con llamar a los abuelos, rezar por la familia, llenar de besos y mimos a sus padres, disfrutar de los hermanos, ayudar a sus profesores y compañeros..., por poner sólo algunos ejemplos.
Haced vuestro particular calendario de Adviento y convertid este camino de espera en un regalo para los que os rodean, para vosotros mismos, y para el Niño Jesús que nacerá en apenas tres semanas.
¡Feliz Adviento y muy buenos días!