La alegría en el corazón...

Publicado el 21/12/2023
Agustinos

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Texto:  Clara De Mingo Romar

Música: Alegría, alegría - Villancicos populares

La alegría en el corazón es el Espíritu Santo

¡Buenos días!

El pasado domingo, celebramos el 3er domingo de Adviento, domingo “Gaudete” o domingo de la alegría. Cuando se prepara el temario de la catequesis, tratamos de innovar en algunos temas, cambiar el enfoque, darles una orientación distinta. Sin embargo, hay ciertos temas que son de obligado conocimiento, como los sacramentos, la Iglesia, la Cuaresma o el Adviento. Sin duda, el Adviento adopta un carácter especial, un misterio, una atmósfera que envuelve estas fechas en esperanza, en amor, y este domingo en particular, se transforma en alegría.

No siempre es sencillo estar alegre… Las preocupaciones del día a día, los conflictos, los problemas ocupan con frecuencia nuestras mentes y corazones, impidiendo que disfrutemos del momento presente. Basta con sentarse a ver el telediario para observar un mundo consumido por la guerra, el hambre, la pobreza, la maldad. Es más, hay cadenas que han tenido que poner incluso una sección específica llamada “la buena noticia del día” para que resulte menos desesperante ver una mala noticia detrás de otra.

A veces es complicado cambiar el chip y no dejarse engullir por el bucle de desasosiego. Yo a veces me pregunto, y ¿cómo puedo llevar la alegría al mundo entre tanta oscuridad?

La alegría es un don de Dios, un regalo que nos hace. Una persona que no busca a Jesús, que no reza es muy difícil que tenga paz, esperanza y alegría en los momentos difíciles. Porque Jesús nos tiende la mano y nos consuela, para que nosotros podamos llevar ese consuelo a los demás. Dice Isaías “Yo, el Señor, te llamé y te tomé por la mano, para que seas instrumento de salvación; yo te formé, pues quiero que seas señal de mi alianza con el pueblo, luz de las naciones. Quiero que des vista a los ciegos y saques a los presos de la cárcel, del calabozo donde viven en la oscuridad.”

Estaba el otro día dando una vuelta por Instagram cuando me topé con la siguiente reflexión del P. Toño Casado, con la que quiero concluir este Buenos Días.

ÚNETE A LA REVOLUCION DE LA ALEGRÍA

Pues sí. Frente al odio y las caras de vinagre

frente a la tristeza, la pena, la amargura,

frente a las despedidas y las incomprensiones,

las rupturas, los llantos y los tiesos en misa o en la vida,

yo reivindico la alegría, como una bandera que agito por la calle.

A pesar de que la procesión vaya por dentro

y tenga ganas de llorar o estar más cabreado que un mono sin su plátano,

yo apuesto por la sonrisa limpia, por la canción que nace como un milagro,

por el wasap o el meme divertido, por el sentido del humor que nos sostiene,

por los amigos con los que brindar, por la familia con luces y con sombras,

por Dios que ha decidido vivir la Navidad de nuevo para todos.

Mi alegría surge de las ruinas de la vida y del mundo

con un ave fénix que nace de sus propias cenizas.

Me pongo el mundo por montera salto sobre los charcos

bailo como un pingüino en la cocina, animo a los que encuentro en el

camino difícil de la vida.

Recuerdo con cariño a los que se marcharon, revivo sus recuerdos

y me rio sobre mis propias heridas, perdono cada día al estúpido que hay en mí.

Porque mi alegría no nace como una pompa, surgido del alcohol y del olvido.

Mi alegría nace de vivir la esperanza de volver a encontrarnos;

mi alegría nace de sentir el cariño de Dios, de su ternura infinita, de llevarme en sus brazos

oveja perdida y díscola, cotidiana en desastres.

Mi alegría es una torre hecha de cicatrices, de valor, de derrotas, de sueños, de proyectos,

de cenas y de encuentros, de mensajes amigos.

Mi alegría es serena, pero también se vuelve catarata villancico, disfraz, espantasuegras y

gorro, brillantina y bolas de colores, vals, y bromas del día 28.

Vamos, lucha por tu alegría, conquístala y que nadie te vuelva un tipo viejo

como los hombres grises que se consumen solos.

Sube la música. Canta, baila, llora.

Pero sigue bailando. Sigue cantando.

Sigue encendiendo luces y haciendo que este valle de lágrimas y penas combustione en la hoguera y el calor de la más profunda, serena y despiporrante ALEGRÍA.

¡Buenos días!