Muerte - Paz. También en 2024

Publicado el 10/01/2024
Agustinos


Texto:  Agustín Alcalde, OSA
Música:  Amazingrace

Ángel caído

Es algo así como un despojo.

Quien vive una experiencia de “muerte” en sí mismo o en otro, toca la fibra fina pero profunda del dolor.

El dolor sentido y sufrido es un ángel caído.

¡Y un ángel caído… es la pura realidad de una gran desilusión!

Recojo este apunte gráfico de mi rotulador y mi pluma; nació hace más de 20 años. Pero sigue siendo real. Nos cae, como del cielo, de cuando en cuando, a una ciudad dormida y un poco en las nubes, el pájaro herido por el odio, la desesperación, el olvido y la tristeza… también EN NAVIDAD. Y DESPUÉS…

En algún momento hemos sentido nuestras alas rotas por la guerra, por la inhumanidad y el odio de los otros. Algo que tal vez no vivimos en nuestra carne, y nos parece tan alejado…

En ese momento, tal vez, hemos dejado de ver la televisión que escupe violencia. Y dejamos de alimentarnos de toda imagen de odio que se ha transformado en el vicio de los desocupados.

Pero cuando nos toca, y nos llega un poco de esa guerra, percibimos que su sangre escupida sobre la tierra in-fértil es una vergüenza para lo humano que todavía nos queda… también en Navidad y Año Nuevo.

Porque la muerte no es lo peor de la guerra, lo peor-peor es el rastro que deja… El olor a maldad podrida y seca.

 Sin embargo, más allá, sabemos que hay PAZ. TAMBIÉN EN 2024.

La paz, la más simple, no es nada más que un recoger el ángel que no ha muerto del todo y que cae y yace sangrando. Vendar las heridas del dolor, con el abrazo de paz; es una solución y levantar la vista hacia la Luz, hacia el Bien, casi una obligación.

¡Buenos días!