Texto:  P. Miguel Á. Herrero Gómez, OSA

Música: Claro de Luna (Beethoven) – Richard Clayderman

Agradecimiento

¡Buenos días!

Hoy 11 de enero se celebra el Día Internacional del Agradecimiento. Una celebración para difundir el valor de ser agradecidos con los demás y una buena oportunidad para reconocer y expresar gratitud hacia los demás y, cómo no, hacia Dios.

Tan propensos y dados a criticar y quejarnos (cada uno sabrá cómo anda en esas facetas) es bueno saber que podemos y debemos expresar gratitud por las pequeñas cosas cotidianas, como la amistad, la familia, la salud, el apoyo de los demás, o incluso las oportunidades que has tenido en la vida. Agradecer por momentos positivos y aprender de los desafíos también es valioso. En resumen, cualquier aspecto de tu vida que te inspire gratitud es digno de reconocimiento.

Aunque vivimos en una sociedad individualista, la gratitud y la conexión con los demás siguen siendo fundamentales para nuestro bienestar emocional y espiritual. Agradecer fortalece las relaciones y crea un sentimiento de amistad y un sentido de comunidad, incluso en un entorno individualista. Además, no lo dudes, reconocer y apreciar las contribuciones de los demás puede tener un impacto positivo tanto a nivel personal como social.

Iniciando este nuevo año, en este día del agradecimiento, te invito a que, sin pensarlo mucho, escribas o digas en voz alta –elabores- una lista de agradecimiento.

Ahí va la mía:

Agradezco por la vida, por el regalo precioso de cada nuevo día.

Agradezco por la salud, por el bienestar que me permite disfrutar de la vida.

Agradezco por la familia, por el amor y el apoyo incondicional que comparten.

Agradezco por los amigos, por las risas compartidas y el consuelo en los momentos difíciles.

Agradezco por las experiencias, por las lecciones aprendidas y el crecimiento personal.

Agradezco por las oportunidades, por los caminos que se abren y las metas alcanzadas.

Agradezco por la naturaleza, por la belleza que nos rodea y la conexión con el mundo.

Agradezco por la comida, por el sustento diario que nutre nuestro cuerpo.

Agradezco por la paz interior, por la serenidad que proviene de la fe y la gratitud.

Agradezco por el amor divino, por su presencia constante que guía y protege.

Agradezco a Dios la posibilidad de dirigirnos a Él… de orar:

Dios, Padre bueno, te agradecemos por tus innumerables bendiciones y por el don precioso de la vida. Te damos gracias por tu amor incondicional, por guiar nuestros pasos y por ser nuestra fuente de esperanza. Te agradecemos por la bendición invaluable de la familia y amigos que has colocado en nuestras vidas. Bendice este momento de gratitud y fortalece nuestra fe. Amén.

¡Buenos días!