La cuesta de enero, ¿cuesta arriba?

Publicado el 15/01/2024
Agustinos


Texto:  José Joaquín Ojea
Música:  Bensoundcute

¿Por qué no, cuesta abajo?

Buenos días, ¿quién no ha oído hablar de la cuesta de enero? En las noticias, en los grupos de personas, en la familia, en el trabajo…

No sé yo de vosotros, pero yo siempre que oía hablar de la cuesta de enero, pensaba en una cuesta arriba, porque, después de los gastos (más allá de lo que podemos permitirnos, en ocasiones) el llegar a la meta del fin de mes, con menos dinero en el bolsillo… me evoca una imagen de una cuesta arriba…

Pero, ¿por qué no una cuesta abajo?

Desde el punto de vista del creyente, hemos vivido unos días muy intensos de celebraciones, de encuentros, y no solo pensando en la Navidad, sino también en el Adviento. Son momentos en los que se mantiene una “tensión espiritual”… con multitud de signos en la liturgia, los villancicos, y no digamos de las celebraciones propias de Navidad, como la misa del Gallo, el día de la Sagrada Familia, o el día de Reyes con la celebración de la Epifanía, el mensaje del Papa del día de Navidad, y algo que personalmente me toca mucho el corazón, y es el encuentro de jóvenes promovido por la comunidad de Taizé.

Parece que todo habla de Dios, incluso en las casas, con la puesta de los belenes, o la adoración al Niño Jesús al final de las celebraciones eucarísticas…

Por ello, cuando todo este tiempo finaliza, cuando de nuestras casas hemos retirado los nacimientos y belenes, cuando las luces que han adornado nuestras ciudades y nuestro árbol de navidad se apagan, y cuando el tiempo litúrgico es el tiempo ordinario, parece que la experiencia o la vivencia espiritual, se viene abajo. Puede parecer que todo se relaja y podemos caer en una cuesta abajo. Y parece que nos invade una tristeza. E incluso, puede decirse que Jesús desparece de nuestro tiempo…  

No nos dejemos llevar por este aletargamiento de la trascendencia, y como el Papa Francisco nos dice, que cada cristiano, en cualquier lugar y situación renueve su encuentro personal con Jesucristo. Porque si nuestra vida interior se encierra en nuestros propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría , ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien…

¿Cómo renovar ese encuentro personal con Jesús? Para mí, es la oración la que nos ayudará a encontrarnos con el amor de Cristo que nos ayudará en el peregrinaje de nuestra vida y así escucharemos la voz de Dios y la alegría serena inundará nuestro corazón.

¡Buenos días!