Como la nieve no vuelve

Publicado el 22/01/2024
Agustinos


Texto:  Pablo Tirado, OSA
Música:  Bensoundcute

La eficacia de la Palabra

Este pasado viernes, 19 de enero, me disponía a escribir estos Buenos días, siendo sorprendido, en Zaragoza, por la inusitada nieve. Desacostumbrado fenómeno que se mueve entre la ilusión y fantasía de los niños, la molestia para el tráfico, la búsqueda de estampas humeantes de ensoñación, los incordios para la ordinaria vida social, la recuperación de un tan idílico como ilusionante marco navideño sin saber muy bien su causa y, tantas otras evocaciones que la simple e insólita agua provoca en estas ocasiones.

Contemplando por un momento desde la ventana el escenario de la salida de las clases del colegio, sin mediar ninguna presión racional, súbitamente, vinieron a mi presencia los versículos del profeta Isaías:

“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55, 10-11).

Y es que, muchas veces, la Palabra de Dios y otras mediaciones que tenemos a mano, resultan improductivas en ocasiones en nuestra vida. La nieve, agua y la Palabra; la tierra, las espigas, uvas y los sacramentos…y tantos otros recursos, figuran en nuestra vida, como paisaje que ojear o como espectáculo ajeno a mi vida, pero sin empapar, calar, penetrar y, en consecuencia, poder producir.

Que la Palabra que sale de la boca de Dios esté presente como la novedad de la nieve en las tierras en que no es ordinaria, pero con la eficacia de quien la acoge, se deja germinar y traduce en obras reales la voluntad del Señor. Que no vuelva vacía.