Texto: Quique Infante
Música: Acusticmusic
¿Cuántas medallas ganas hoy?
Hace unos días escuché a un deportista pronunciar una frase que me dejó pensando: "Las medallas se ganan en los entrenamientos. A los campeonatos solo se viene a recogerlas". Además de encontrarla ingeniosa, me inspiró profundamente como una filosofía de vida.
Después de reflexionar, he recopilado algunas frases similares que también me motivan: la del Cholo Simeone que dice que las ligas se ganan "partido a partido", el anuncio de Carmen Maura en el que ahorraba para comprarse un cochazo "tacita a tacita", o el querido colombiano Juan Valdés, que seleccionaba sacos de café "grano a grano". También la de mi amiga Maribel, que afirma que cuando todo se viene encima de repente “primero va el uno, y luego el dos”.
Desde una perspectiva psicológica, todas estas frases reflejan una de las grandes tendencias actuales en cuanto a salud mental; esa que defiende que hay que “vivir el momento presente" o las diversas formas de "mindfulness".
Y si las llevamos al ámbito espiritual, adquieren para mí un significado diferente. Me viene a la mente la idea de que la santidad -el "gran campeonato" donde recogeremos la medalla- se logra en cada uno de los entrenamientos y desafíos diarios que enfrentamos.
Hoy mismo te encontrarás la posibilidad de hacer una sentadilla de más en forma de un pequeño trabajo bien hecho y ofrecido a Dios; una serie nueva de velocidad, pintada en una sonrisa cómplice a la persona que lo necesitaba; una repetición de más en tu serie de dominadas, reflejada en ese silencio que has conseguido tener ante una situación que pedía un grito o una queja; una excelente sesión de ejercicio aeróbico para el alma en esos minutos de oración tranquila; o un sprint que fortalezca tu velocidad en forma de comunión en Misa. Y, como no, una estupenda sesión de recuperación en el fisio -cuanto más frecuente mejor- en forma de confesión bien hecha.
No te olvides que los deportistas que triunfan en campeonatos suelen ser aquellos que han invertido más tiempo y dedicación en sus entrenamientos diarios, más allá de sus habilidades físicas innatas.
Así que te animo a considerar cuántas "medallas" puedes ganar hoy, mañana y en el futuro, y a imaginarte a Dios, tu padre, esperándote con una gran sonrisa en el podio del Cielo, ansioso por entregártelas.
¡¡Buenos días… y a entrenar!!