Judas

Publicado el 27/03/2024
Agustinos


Texto: Blanca Rodrigo
Música:  Amazingrace

Por treinta monedas de plata

¡Buenos días!,

Hoy ya es Miércoles Santo. Concluye la Cuaresma y al mismo tiempo termina la primera parte de la Semana Santa, la Semana Mayor que llaman. Mañana jueves se da inicio al Triduo Pascual, núcleo de las celebraciones de la Iglesia.

También se le denomina Miércoles del Espía, porque se conmemora la traición de Judas como espía clandestino entre los discípulos. En este día se recuerda el episodio más oscuro de la vida de Judas Iscariote, uno de los Doce, que en una noche como la de hoy se reunió con el Sanedrín y pactó con sus integrantes la entrega de Jesús a cambio de 30 monedas de plata. A partir de ese momento el plan para matar a Jesús se puso en marcha, así que por este motivo se conoce también el Miércoles Santo como “el primer día de luto de la Iglesia”.

¿Qué llevaría a Judas a entregar al amigo y maestro?, ¿qué sentiría ese corazón que previamente había sido elegido por Jesús?, ¿estaba decepcionado?, ¿no creía ya en lo que Jesús predicaba?, sentía celos de Pedro o de Juan?, ¿pensaba quizá que poniéndole en una situación extrema Jesús “despertaría y se rebelaría”?. Tras el beso que delató a Jesús y su captura, Judas llegó a arrepentirse e intentó devolver las monedas, que no le aceptaron, y entonces las arrojó en el templo. Luego, desesperado y tomando conciencia de la magnitud de la consecuencia de sus actos, se suicidó ahorcándose de un árbol.

Judas se desesperó, se acobardó , huyó y tomó la justicia en sus manos, porque antes que buscar y recibir el perdón, se quitó la vida. Salvando las distancias, y poniendo el foco en pedir perdón, creo que si rechazamos el perdón y no lo pedimos porque no nos creemos merecedores del mismo, es porque no hemos entendido que Jesús murió por nosotros, para que nuestros pecados fueran perdonados. Jesús mismo dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”. Busquemos, pidamos y recibamos el perdón en esta Semana Santa. Confesémonos.

¡Buenos días!