Texto: José Joaquín Ojea
Música: Bensoundcute
Dios cuenta con nosotros
Estaba trasteando por internet, cuando me salta a la pantalla este cuadro de Caravaggio, “Judit decapitando a Holofermes” … Esta pintura “recrea” un relato del Antiguo Testamento del libro de Judit
¿Quién era Judit? Era una viuda que vivía en la ciudad de Betulia. Había enviudado hacía 3 años y 6 meses. Su marido se llamaba Meneses, y falleció debido a una insolación mientras vigilaba a los segadores que estaban atando las gavillas de trigo. Por ello, podemos decir que murió a finales de verano, pues la siega ya se había realizado.
Tanto ella como su marido eran de la tribu de Simeón (fue el 2º hijo de Jacob y recibió el extremo sur de Canaán)
Como contraste a las viudas del Antiguo Testamento o de las de la época de Jesús, Judit era muy rica ya que “su marido le había dejado muchas riquezas, familia numerosa y posesiones llenas de rebaños de vacas y de ovejas, quedando ella como dueña.”. Asimismo, “era extremadamente hermosa”
“No había nadie que hablara la más mínima palabra en su contra, ya que procuraba agradar a Dios en todo. En la terraza de su casa se había hecho una habitación donde vivía. Se vestía de penitencia y ayunaba todos los días, menos los sábados y otras festividades de Israel.”
En la historia, Betulia estaba sitiada por las tropas asirias, y Judit se presenta ante los jefes de la ciudad y les exhorta “No están bien las palabras que han pronunciado delante del pueblo, cuando incluso han jurado ante Dios que entregarían la ciudad a nuestros enemigos si en el plazo convenido el Señor no les enviaba socorro. ¿Quiénes sois vosotros para poner a Dios a prueba? […]Por todos estos motivos debemos dar gracias al Señor, nuestro Dios, que ha querido probarnos como a nuestros padres. Recordad lo que hizo con Abraham, las pruebas por las que hizo pasar a Isaac, lo que le sucedió a Jacob en Mesopotamia de Siria cuando pastoreaba el rebaño de Labán, hermano de su madre. Como los colocó en el crisol para probar sus corazones, así el Señor nos hiere a los que nos acercamos a él, no para castigarnos, sino para instruirnos.”
Os invito a terminar de leer el resto del libro, para comprender el cuadro de Caravaggio. ¡Buenos días!