San Isidro

Publicado el 15/05/2024
Agustinos


Texto: Clara de Mingo
Música:  Bensoundcute

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Qué honor para una madrileña poder escribir el Buenos días como el de hoy. Y es que si hay algún día que esté marcado sí o sí en el calendario de un buen gato es el 2 de mayo y San Isidro.

Por cierto, como apunte, que mucho “extranjeros” siempre preguntan lo típico de que por qué los madrileños de pura cepa son los llamados gatos, este cariñoso apodo viene de la conquista de la ciudad de Madrid en 1085 por parte de Alfonso VI. Cuenta la leyenda que uno de los soldados que acompañaban a Alfonso VI, un soldado joven y muy valeroso, cogió una daga y se lanzó a escalar la muralla bajo el dominio islámico, y al llegar arriba, cambió la bandera de la media luna por una bandera cristiana. El rey quedó impresionado y dijo: “Este hombre ha escalado como un gato”. El soldado decidió adoptar el apellido gato como si fuera un título nobiliario, con escudo y heráldica propios.

De esta historia deriva que a aquellos nacidos en Madrid, así como sus padres y abuelos, se les conozca tradicionalmente como gatos.

San Isidro nació en Madrid por aquellas fechas, en 1082, en el Mayrit musulmán, y pese a no ser reconocido gato en la época, se trata de un santo muy importante de esta villa de Madrid. Tanto lo era que pese a que aún no estuviese canonizado, los madrileños le rendían un culto desde el siglo XII, apenas unos años después de su muerte. En el documento Ysidorus Agricola se hace referencia únicamente a cinco milagros, aunque, gracias a la tradición oral, se le asignaron algunos más en su proceso de beatificación.

Sin duda, uno de los milagros más famosos que se asocian quedó representado en un cuadro que se encuentra en el Museo del Prado de Madrid, el milagro del pozo. En él se cuenta la historia de que estando santa María de la Cabeza trajinando en su casa, su hijo cayó al pozo y se ahogó. Al llegar Isidro de la labranza, se encontró a su mujer desconsolada, y al instante imploraron a la Virgen de la Almudena para que intercediera ante Cristo y les devolviera vivo al niño. El milagro se obró, pues «las mismas aguas del pozo fueron creciendo hasta el brocal, y subiendo en la superficie de ellas el niño, a quien sus padres, gozosos, asiéndole de la mano, le sacaron sano y libre.

Pues hoy, en este 15 de mayo, los madrileños, y con ellos toda la familia de la Iglesia, imploramos a San Isidro su bendición e intercesión ante Dios.

Glorioso San Isidro Labrador, tu vida fue ejemplo de humildad y sencillez, de trabajo y oración; enséñanos a compartir el pan de cada día con nuestros hermanos los hombres, y haz que el trabajo de nuestras manos humanice nuestro mundo y sea al mismo tiempo plegaria de alabanza al nombre de Dios. Como tú queremos acudir confiadamente a la bondad de Dios y ver su mano providente en nuestras vidas. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.