"Eslabón"

Publicado el 10/09/2024
Agustinos


Texto:  Agustín Alcalde, OSA
Música: Bensoundcute

El ancla de la esperanza ... En el horizonte

-EL ANCLA DE LA ESPERANZA… EN EL HORIZONTE-

              En el mes de mayo, en tres acciones realizadas en el Monasterio de la Vid, encadenamos tres momentos y tres actividades en un proyecto de “Formación y Liderazgo”. Eran acciones casi enlazadas en el objetivo mayor de hacer de la educación un ancla de salvación común.

              Los protagonistas fueron 169 jóvenes. 41 de ellos alumnos universitarios y 128 monitores responsables de 489 jóvenes que realizaban dos campamentos en el Monasterio de La Vid.

              En cadena, eslabón a eslabón, se interrelacionaron diferentes intereses y proyectos. Por detrás estaba la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) y la provincia San Juan de Sahagún de los agustinos de España. Aparecieron diferentes idiomas con los mismos objetivos: formar personas en la libertad y en un futuro posible.

              Aquí es cuando aparece la Esperanza. En el escudo premonstratense elaborado por su fundador san Norberto (siglo XI-XII) tiene diseñada un ancla con tres ganchos: uno que habla de una Regla de Vida, otro de un hábito blanco entregado por la Virgen y el tercero es del servicio de unos monjes formados para hacer el bien. Desde el s. XII abrieron abadías llenas de éxitos de evangelización. Posteriormente otros en el s. XIX (1835) las cerraron por envidia e ignorancia.

              En el contexto de cientos de años de paz se elaboraron eslabones que, uno tras otro, hicieron la cadena que sujetaba el ancla. El ancla que se clava en la tierra o las arenas de los océanos, mares y ríos, para evitar que las corrientes arrastren los navíos que pueden ser zarandeados una vez y otra incluso en el puerto; sin las anclas, los barcos o naves podrían destrozarse por las olas y golpearse unos contra otros.

 

              El ancla del Monasterio de La Vid, que pesa toneladas, descansa en tierra firme y solo algunos de sus eslabones nos insinúan unidad y fuerza. En la formación humana y social actual sin estas anclas, sin estos eslabones, configurados con la dureza del hierro y la seguridad de los diferentes anillos entrelazados, no se podrían salvar las uniones necesarias, muy lejos de los sueños de los voceros farsantes, formando una fuerte ligazón entre sí.

              El último eslabón del ancla de La Vid está abierto e insinúa la existencia de un “eslabón perdido”, en su día, y hace casi de adorno fuerte e inamovible, inútil. Parece recordarnos este eslabón, sin palabras, que el mar sigue fuera, tal vez lejos; pero nuestro mar personal será incontrolable con anclas y eslabones desenganchados o rotos.

              Fomentar hoy día la unidad es tan urgente como lo fue a lo largo de la historia pasada y la realidad presente. La esperanza viene a ser el espejo que reflejará nuestra razón de ser humanos y frágiles, pero, si lo deseamos con estabilidad, también de personas llenas del futuro.

                            BUENOS DÍAS.