Rutinas y zonas de confort

Publicado el 16/09/2024
Agustinos


Texto:  Curri Ruiz
Música: Walk in the park. Audionuatix

Implicaciones del compromiso

¿Te imaginas que te sacaran de tu rutina de vez en cuando? 

Sería buenísimo, pensarías, si haces caso a algunas corrientes de la psicología actual. Salir de tu zona de confort de vez en cuando es lo que recomiendan algunos expertos… 

A otros, quizá, no nos gustaría tanto… Yo no creo que me acostumbrara a esa posibilidad. ¿Te imaginas cambiar de “famila”, ciudad, país e incluso continente de vez en cuando? Pues eso es lo que pasa con los agustinos. 

Si hacen falta en otro sitio, les adjudican un destino nuevo… a veces es cada dos años o cada 4, 6, 8… 

¿Les cuesta esfuerzo hacerlo? ¡Seguro, cómo no! Imagina estar más de 8 años en un destino: ya lo tienes todo controlado en lo profesional; tienes un grupo de amigos y conocidos que has ido haciendo en esos años y te hacen sentir bien en lo personal, te has acostumbrado a tus hermanos de comunidad… 

Pero tienen un voto de obediencia, así que lo aceptan y continúan con su vocación de servicio allá donde se les necesite…

¿Y los laicos que estamos cerca?? Pues, aunque no tengamos voto de obediencia, lo acatamos. ¡Claro; no queda otra!

A veces el agustino nuevo te gusta, conectas, trabajas genial. Otras veces, quizás no tanto. Pero eso no importa, porque aunque no tengamos votos, lo que sí tenemos es compromiso. El voluntariado también es eso; colaborar donde se te necesite para lo que se te necesite y hacerlo de la mejor manera que sepas.

Así lo entiendo yo y así seguiré actuando.

Este año tenemos agustino nuevo en el cole de mis hijos y todo hace presagiar que va a ser muy agradable colaborar con él. ¡¡Bienvenido, Juanma!! 

Queridos amigos a los que os han enviado a otros destinos lejos de mí: ya sabéis que os deseo lo mejor y que aquí estoy para lo que necesitéis.

Eso es una de las cosas buenas; ellos van creando lazos con personas en cada destino que están, uniéndonos más a unos y a otros. Y así la familia agustina se hace cada vez más grande, más unida y más fuerte. Así que, aunque cueste desprenderse, también hay que dar gracias a Dios por esto.

¡¡Buen curso y buenos días!!