Texto: Iván Pichel, OSA
Música: Bensoundcute
Fijarnos en las cosas importantes
Estoy seguro que no soy el único a quien el inicio de curso le pilla siempre con el ritmo cambiado. Y se nos van las jornadas en papeles, listados, aprender nombres, acabar de preparar las primeras clases… Y con una sensación de velocidad que es inusual para lo que debería ser un retorno tranquilo, un inicio sin mayores sobresaltos. Así, cuando llega octubre ya parece que hemos estado levantando tres casas del cansancio y la prisa.
Tenemos la suerte de que este año nuestro lema, anunciamos la esperanza, pide e invita que nos fijemos en las cosas importantes y que dejan un poso que nos cambia y nos transforma. En eso consiste nuestra esperanza del curso. Y estaría bien, para variar, que los ajustes de inicio de curso no nos distrajeran de las esperanzas que tenemos para este año, entre las que se podemos enunciar estas cuatro:
- La esperanza de los reencuentros. La alegría de volver a estar con gente que queremos y nos da vida, y la ilusión de conocer a nuevas personas que nos ayuden a caminar más ligeros y mejor.
- La esperanza de tener un buen curso. ¿Por qué no? Todos vamos a dar lo mejor que tenemos para que así sea, a nivel de trabajo y habilidades, así que es muy probable que sea un año estupendo.
- La esperanza en nuestro trabajo y el conocimiento: para tener la sabiduría de poner el foco en lo importante, en mirar y leer nuestra vida con criterio y dar prioridad a las cosas que realmente permanecen.
- La esperanza en Jesús: que nos da vida, da sentido y lo transforma todo.
Con este planteamiento, seguro que la velocidad del inicio tiene otro aire distinto y se nos ayuda a acomodar el corazón a todo lo ilusionante que viene. Buen curso a todos.