Texto: Agustin Alcalde, OSA
Música: Acousticguitar
La faz de una madre no debe ocultarse a los ojos de sus hijos
Os deseo un “buen día” lleno de la alegría de la Pascua.
Venid conmigo al Siglo XVII (1624-1627) en el que el Abad del Monasterio de La Vid, Fray Bernardo de León, recoge una anécdota que afectó al rey Felipe VI de España llamado el Grande (1621-1665) que dio origen a una leyenda. Aparece editada en la Revista COR UNUM en el nº XL, página 194, escrita ya en 1979 por Carlos Robles. Hay también otros escritos sobre este tema.
Se refiere al secreto de María que habla de “la faz (rostro) de una madre”. En otra publicación más amplia se completarán detalles en el Boletín de “Los amigos del Monasterio de La Vid”.
Para este “Buenos Días” de mayo (mes de María) quiero recoger y tratar con respeto y cariño la faz de Santa María de La Vid. Primero porque está tallada en piedra caliza y tiene una larga historia: unos 737 años. En segundo lugar porque su presencia ininterrumpida en el monasterio, se presenta ahora a los visitantes, devotos, artistas, poetas y sobre todo fieles hijos de la Virgen que fue y es muy querida por:
1º Los visitantes, que desearían imitar el rostro de la Virgen de La Vid por su calidad gótica, siendo una imagen con una presencia admirable. Pero mucho más por su hermosura que impresiona y porque transmite alegría y paz.
2º El devoto admira el gesto de la sonrisa casi imposible de imitar como percibe el visitante que contempla boquiabierto la perfección de sus trazos.
3º El artista cierra los ojos al verla para imitarla y copiarla si es posible un día.
4º El poeta busca un lápiz para ir anotando en su cuadernillo el inicio de un poema o un verso.
Es verdad que para todos se trata de un rostro de Santa María de La Vid inexplicable en su actitud de madre y señora.
Todos levantan los brazos y, a veces, las manos con sus móviles para fotografiarla, admirados, como refleja el dibujo de Manuel ALCORLO Barrero (gran dibujante) que presento en la imagen cuando recogió en sus trazos de artista el milagro de la bella madre de la “Ribera del Duero”.
Venid a verla y admirarla en el Monasterio Santa María de La Vid (Burgos).
Podréis llevaros un susto como le ocurrió al Rey Felipe VI que primero la miró con cierta desconfianza y acabó pidiendo que se tallara, en el mismo retablo donde se encuentra ahora, la historia de esta leyenda. Algo parecido les pasará a otros muchos que llegan a creer que es imposible que se pueda dejar plasmado tal portento en una imagen tallada en piedra.
Para una madre no hay nada imposible tratándose de sus hijos que somos todos nosotros. Disfrutad de este mes de Santa María.
Buenos días.