Texto: Santiago Alcalde, OSA
Música: Walk in the park
Formas de comunicarnos
A veces nos preocupamos tanto por la forma de decir las cosas, que nos olvidamos de lo principal: la comunicación a través de los sentimientos. Para que exista verdadera comunicación es necesario que las personas escuchen el lenguaje del corazón que habla más alto que las palabras.
En una junta de padres de familia, de una escuela rural, la directora resaltó el apoyo que los padres debían dar a sus hijos. También les pedía que se hicieran presentes el mayor tiempo posible. Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres de aquella comunidad fueran trabajadores, debían encontrar tiempo para dedicar y hablar con sus hijos.
Después de sus palabras, un padre se levantó y explicó, de manera humilde, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana. Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo. Cuando regresaba era muy tarde y el niño estaba dormido. Explicó, además, que tenía que trabajar de esa forma para poder mantener a su familia.
Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches cuando llegaba a casa. Y para que su hijo supiera de su presencia, él hacía un nudo en la punta de la sabana que lo cubría. Esto lo realizaba todas las noches al ir a besarlo. Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía, a través de él, que su papá había estado allí y lo había besado. El nudo era el medio de comunicación entre ellos.
La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando constató que el hijo de ese padre era uno de los mejores alumnos de la escuela. Esta historia nos señala que hay muchas formas de hacernos presentes y comunicarnos entre nosotros. Ese padre encontró su forma que era simple pero eficaz. Y lo más importante, su hijo percibía, a través del nudo, lo que su padre quería decirle.
Simples detalles como un beso, un guiño, una flor, un nudo en la punta de una sábana pueden significar muchísimo más que regalos o disculpas vacías. Es bueno que nos preocupemos por las personas, pero es igualmente importante que ellas lo sepan y lo sientan.