Texto: P. Juan M. Paniagua M., OSA
Música: Amazing grace (bendito amor) - Kesia
SIEMPRE CON EL POBRE
¡Buenos días!
Recordemos este texto del Evangelio que deberíamos llevar siempre “por bandera”: “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40), pero sin olvidar el otro texto que vemos a continuación y que debería hacernos temblar y estremecernos en lo más profundo de nuestra conciencia: “En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo” (Mt 25, 45). Ante esta contundencia que nos deja la Palabra del Señor en el conocido “juicio final” de san Mateo, no tenemos más remedio que ponernos manos a la obra, ser solidarios, dignos hijos de Dios, y realizar esta sencilla reflexión/oración tomada del autor José Serna:
«En la esquina de una columna pequeña del periódico asomaban, las bocas hambrientas de 4 millones de personas, a punto de morir de hambre, Señor, sin capacidad para pedir justicia, Señor, sin poder para reclamar un poco de lo que tiramos a la basura, Señor. La noticia de hoy proviene de un oscuro rincón de África. Mañana será en otro lado. Pasado en otro. La dignidad del ser hijos e hijas de Dios solo se da a un lado de la raya, a un lado del mapa.
No nos dejes caer, Señor, en el derrotismo. No consientas que aceptemos que nada se puede hacer, que nadie lo puede resolver. Danos, Señor, clarividencia para analizar el problema, valor para reclamar justicia, sensibilidad para hacer propuestas acertadas, y coraje para afrontar los grandes retos de la humanidad.
La Tierra Prometida es ésta y, está cerca. Ayúdanos a salir del oasis, Señor, a dar los pasos necesarios para acompañar a quienes recorren el desierto y convertir el final del camino en un vergel.
Aquí está mi mano, Señor, y aquí siento tu mano. Dame clarividencia y coraje». Amén.