Ligeros de todo

Publicado el 29/09/2025
Agustinos


Texto: Santiago  Alcalde, OSA
Música: Bensoundcute

Volver al columpio original

 

Un dicho del poeta alemán Richard Dehmel (1863-1920) dice así: “Nada es pesado si nosotros somos ligeros”. El problema es que nosotros no somos ligeros y todo se nos hace cada vez más pesado en la vida.

Contaba una persona mayor que el regalo que más le agradó, cuando él era un niño, fue un columpio que le hizo su padre. Un día mi padre me llevó a la parte trasera de la casa. Levantó dos pilares y los unió por encima con un travesaño. En éste hizo dos agujeros para dos grandes tornillos a los que sujetó otras tantas sogas. Los extremos colgantes los pasó luego a través de un tablero en cuyos extremos había sendos agujeros. Por debajo del tablero hizo un gran nudo en cada una de las sogas, de modo que el tablero quedó firmemente sujeto.

Luego mi padre me cogió en brazos, me sentó en el tablero y me dio un empujón. Yo grité de miedo, me puse muy nervioso e intenté sujetarme con todas mis fuerzas a las sogas. Muy pronto, sin embargo, fui sintiéndome cada vez mejor y empecé a disfrutar del vuelo y de la sensación de libertad que me proporcionaba.

A los pocos días vinieron unos parientes. Lleno de alegría les enseñe mi columpio y estos, en su siguiente visita, me trajeron para el columpio: un respaldo, un reposabrazos, un cojín y un estribo para subir y bajar con más facilidad. A esto añadieron un baldaquín que me protegiera tanto del sol como de la lluvia. El resultado de todos estos añadidos fue que el columpio se volvió más pesado, con lo que perdió la ligereza necesaria para volar más alto a cada impulso.

Dios nuestro Padre nos regaló la vida y nos dio el primer empujón para reconocer la verdad, vivir en el bien y disfrutar de la belleza. Luego a nuestra vida, cada uno, la hemos añadido cosas sobre cosas. Nuestra vida se ha complicado y sentimos que ya no somos tan libres, ni nos sentimos tan ligeros como al principio. Tenemos sí, más comodidades; pero menos libertades y menos felicidad. La solución está en volver al columpio original. Pero en tu vida y circunstancias: ¿Estarías dispuesto a quitar todos los añadidos, que a lo largo del tiempo, has puesto a tu vida?