Historia y personajes

Escrito el 24/11/2022
Agustinos


El convento de San Agustín de Dueñas

 

La villa de Dueñas tiene una larga historia y mucha importancia en la orden agustiniana, siendo testigo de los procesos reformadores y lugar de varios capítulos provinciales en la época del Renacimiento. Hoy la villa de Dueñas, en la provincia de Palencia, ha sido declarada conjunto histórico-artístico, con el título de Ciudad, destacando en ella los restos del convento de San Agustín, situado en la plaza de España.

Este convento era antiquísimo, ya que existía antes de formarse la Provincia de España y estaba constituido por un grupo de religiosos que vivían bajo la regla de San Agustín, en un humilde recinto situado extramuros de la población. Según la primera documentación, la época de su fundación fue a principios del siglo XIV en que ya aparece como uno más de los conventos agustinos de España, aunque esto se refería a los conventos del norte de España, puesto que el resto formaban la Corona de Aragón.

A principios del siglo XV la villa pasa a depender del condado de Buendía, ostentado por familia de los Acuña, comenzando una etapa floreciente, pero no exenta de roces con el nuevo señorío. En Dueñas residirán algún tiempo los Reyes Católicos y más tarde su hija Juana y Felipe II. En los siglos siguientes pasará a diversas familias nobiliarias, hasta llegar a los duques de Medinaceli, que lo han retenido hasta nuestros días.

El primitivo convento de San Agustín se encontraba en las afueras de la población, en el camino de Valladolid, hasta que a finales del siglo XIV fue destruido durante la guerra civil castellana que enfrentó a Pedro I y Enrique II. Esto fue ocasión para que se trasladaran al centro del pueblo, en unas casas cedidas por María de Aragón, esposa de Juan II. El edificio se fue construyendo de forma sucesiva desde el siglo XVI en adelante. La grandiosa fachada fue obra de Fr. Francisco de Alegría y Juan de Lastra. Hacia 1609 los afamados arquitectos Francisco de Mora y Francisco de Praves construyen la capilla mayor de la iglesia, cuyo patronato era de Juan de Acuña, marqués de Villacerrato, que también contribuyó con sus medios para renovar la cubierta de la iglesia y construir el cimborrio de la cúpula. El resto del convento siguió el estilo herreriano, destacando las arquerías del claustro.

La iglesia era de una sola nave, dividida en tres tramos y capillas con bóvedas de crucería en los laterales entre los contrafuertes del edificio, destacando el crucero con cúpula y cimborrio, ábside pentagonal y cubierta con bóvedas de crucería y lunetos. El altar estaba un poco elevado por medio de siete gradas, situado sobre una cripta abovedada.  Se completa el edificio con un gran frontón en la fachada, rematada con una espadaña. La portada es adintelada con dos pilastras a los lados y una hornacina en el centro con la estatua de San Agustín. En esa fachada fueron colocados los escudos de los Acuña y de Guzmán en el siglo XVII y en su capilla mayor fue enterrado Juan de Acuña y su mujer, como patronos de la iglesia agustina. Desde el cercano palacio de los Buendía podía seguirse los oficios del convento a través de una ventana.

La importancia del convento de San Agustín de Dueñas se pone de manifiesto en que fue sede de un buen número de capítulos provinciales a lo largo del siglo XVI. En los primeros años y pertenecientes a la Congregación de la Observancia hubo capítulos en 1469 y 1479. Fue importante el capítulo de 1527 en que se creó la provincia de Andalucía, siendo nombrado provincial de la misma Fr. Santo Tomás de Villanueva, y cuya división se confirmó definitivamente en el capítulo de 1582. En el capítulo de 1541 estuvo presente el prior general Fr. Jerónimo de Seripando, que había venido a España para visitar los conventos agustinos. Asimismo destaca el capítulo de 1557, en el cual Fr. Luis de León pronunció un discurso famoso criticando la relajación de las costumbres.

El cenobio de Dueñas fue casa de noviciado y estaba dotado de estudio de Gramática y sus religiosos daban clases morales y asistían a los moribundos del pueblo. Vivieron en este convento unos 15 religiosos y en el momento de la desamortización eran 12 los que residían en el. Como sucedió en la mayoría de los conventos españoles, durante la Guerra de la Independencia sufrió el espolio de sus bienes muebles y grandes daños por el mal uso del edificio. Al llegar la desamortización los doce religiosos fueron expulsados y se pusieron en pública subasta su bienes y el mismo inmueble. En los años siguientes entró en un progresivo deterioro y fue ocupado para viviendas una parte y otras para diversos servicios públicos.

Ver: “ASPECTOS ECONÓMICOS DEL CONVENTO DE SAN AGUSTÍN (1034 - 1835) DE LA VILLA DE DUEÑAS (PALENCIA)”     PITTM, 90, Palencia 1919.

 P. Ismael Arevalillo

 Fr. Ricardo Paniagua