Reflexión agustiniana

Escrito el 26/11/2022
Agustinos


Hacia la verdad del corazón

El que busca a Dios con todo el corazón lo hace con todas sus facultades y su capacidad: voluntad, mente, capacidad de amar, sensibilidad. El creyente presta atención a lo mejor de sí mismo: “dentro del corazón soy lo que soy“(Confesiones 10, 4, 4), y es ahí donde se formulan las preguntas más radicales:  ¿quién soy? ¿hacia dónde camino? Y, dentro de la persona, ese conjunto de realidades que no podemos olvidar: alegría y sufrimiento, entusiasmo o serenidad, sentimiento de plenitud o indignidad, agradecimiento, invocación, temor o fascinación… En medio de todo esto se encuentra la persona inconfundible de Dios y su invitación que reclama respuesta y consentimiento.

Dice san Agustín: “¿qué soy yo? ¿qué naturaleza es la mía? Mi vida es variable, multiforme y llena de tensiones“ (Confesiones 10, 17, 25). Cada uno debe preguntarse cómo es su respuesta a Dios desde el corazón. Si reaccionamos con prontitud a ese mensaje de esperanza que es un Dios que nos ama; si escuchamos el evangelio de Jesucristo y nos sentimos movidos a una respuesta confiada. Si necesitamos ahondar, ser más sinceros, escuchar a Dios en el fondo de nuestro corazón y a abrirnos a la acción del Espíritu. Dice Agustín: “la voz de la verdad no calla nunca. No grita con los labios pero susurra en el corazón. Aplica el oído interior” (Comentarios a los Salmos 57,2).

Inmanol Larrínaga Bengoechea OAR., Interioridad: el viaje hacia uno mismo y hacia Dios. Temas desde San Agustín. Colección FAE