Corpus Christi

Escrito el 11/06/2023
Agustinos


Texto: Jesús Baños,  OSA
Música: Autum prelude

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».
Disputaban los judíos entre sí:
«Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».


Vida para el mundo

Celebrar el Corpus centra nuestro corazón en esa presencia sacramental de Jesús en el pan de la Eucaristía. Presencia real y verdadera. Es presencia que alimenta. PAN DE VIDA. Alimentarnos del pan de la Eucaristía nos identifica con Cristo, para vivir como Él, para tener sus mismos sentimientos. Una vida nueva. Una vida de verdad. Vivir sin ese alimento que es el mismo Jesús es no tener vida; son sus palabras en el Evangelio. Quizás nuestra razón y lógica, como la de los judíos, no acepte con facilidad esta verdad. Es una verdad de fe, que solo desde la fe se puede hacer propia. Participar de este pan de vida hace posible que Jesús habite en nosotros.

Pero esta vida nueva va mucho más allá de "mi vida". Es vida para el mundo. Por eso el día del Corpus es también el día de la caridad. Una invitación a hacernos nosotros también pan y vino para dar vida a quien lo necesita. Este año se nos presenta este día con el lema: “Tienes mucho que ver”; una invitación a implicarte por medio del amor al estilo de Jesús del que nos alimentamos, traducido en generosidad y solidaridad, en esas realidades de necesidad, de ausencia de vida, de muerte que nos rodean. Poder implicarnos ahí pasa por mirar de otra manera: mirar con Jesús, pan de vida: vida para el mundo.