Miércoles XVIII Tiempo Ordinario

Escrito el 09/08/2023
Agustinos


Texto: José María Martín,  OSA
Música: Autum prelude

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: - "Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz:
- ¡Que llega el esposo, salid a recibidlo!.

Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas". Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os compréis".

Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos". Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco". Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora".


El aceite es el amor

El evangelio de hoy tiene que ensanchar nuestro corazón y ahondar nuestro gozo de sabernos llamados al gran banquete de bodas: ya estamos en la casa de la novia con las lámparas encendidas, pero aún no ha llegado el novio.  La parábola de las diez vírgenes es una llamada a nuestra responsabilidad. Las cinco jóvenes poco previsoras reciben una dura sentencia condenatoria sin haber hecho nada malo. Ni siquiera maltrataron a los criados, como el mayordomo infiel. Tropezamos aquí con el tema clásico de la omisión y la neutralidad. El teórico "no hacer nada malo" es también una manera de hacer el mal. Algo así como el negar auxilio en carretera. Es no dar de comer al hambriento, es no vestir al desnudo. La neutralidad no existe. Todos estamos siempre comprometidos. Lo importante es saber con qué o con quién.

¿Qué significa tener aceite y tener lámparas encendidas? San Agustín nos dice que el aceite es símbolo de la caridad: “Cosa grande, y muy grande, significa el aceite de la parábola. ¿Será la caridad? ¿Qué piensas tú? Para mí, en el aceite se significa la caridad. Echa en un vaso agua y encima aceite: el aceite sobrenada. Pon aceite y encima el agua: el aceite sobrenada. Si guardas un orden, se sobrepone; si le inviertes, se sobrepone. La caridad es invencible”.

Dios nos ha entregado a cada uno de nosotros una responsabilidad: cualidades, aptitudes, capacidades para cultivar y usar, pero también para cuidar mientras Él regresa. Mientras tanto, hay que mantenerse en vela y preparado. No hay persona en el mundo que pueda vivir tu vida por ti. Cada cual debe tener disponible su lámpara con aceite suficiente. Es personal e intransferible, por eso las vírgenes sensatas no pueden compartirlo. El aceite hace referencia a la energía que mueve nuestro espíritu: la oración, los sacramentos. Si el señor es Cristo, el encuentro con Él es también personal, aunque los demás puedan ayudarte a llegar a Él. Sólo si le amas de verdad, si le buscas, si le deseas podrás conocerle. Tienes que mantenerte en vela. Todo es gracia. La tarea, por nuestra parte, no es más que la respuesta a un don que nos hemos encontrado entre las manos. "Yo estoy en paz con Dios porque no hago daño a nadie, porque no me meto con nadie, y voy a misa y rezo". No es sólo eso lo que quiere Dios, no es eso lo que predica Jesús. Un cristiano no queda en paz con Dios porque no haga daño a nadie. Un cristiano queda en paz con Dios cuando se esfuerza para que crezcan un poco más en el mundo la fe, la esperanza y el amor.

¿Soy consciente de lo mucho que he recibido de Dios? El solo hecho de tener la vida, es un don que ya hemos recibido. Sería bueno descubrir en cada uno de nosotros todo lo que produce vida, sólo así podremos ser agradecidos. Se nos va a exigir mucho, porque mucho es lo que hemos recibido. Esta es nuestra responsabilidad…