Miércoles XXIII Tiempo Ordinario

Escrito el 13/09/2023
Agustinos


Texto: José Mª Martín,  OSA
Música: Autum prelude

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía:
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. 

Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.

Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.

Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.

Pero, ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!

¡Ay de vosotros, los que estáis saciados!, porque tendréis hambre!

¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!

¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas».


Dos caminos para la felicidad

1.- Dos caminos nos presenta el evangelio de hoy. El de la confianza en Dios, que conduce a la bienaventuranza, y el de la confianza en el hombre, que conduce a la malaventuranza. El evangelio de Lucas, mucho más radical que el de Mateo, ofrece al hombre dos opciones que conducen a la felicidad o a la infelicidad ¿Por cuál optamos? De nosotros depende. Frente a la felicidad artificial y engañosa que ofrece el mundo, Jesús nos promete y hace realidad en nosotros el Reino de Dios, que nos hace "saltar de gozo". Las bienaventuranzas proponen un ideal de vida que, como todo ideal, es inalcanzable en su totalidad. En la medida en que seamos capaces de "vivirlas" estaremos más cerca de Dios. Pero no debemos desanimarnos si nunca llegamos a la perfección que este ideal sugiere.

2.- Son felices las personas pobres. La pobreza material no es un bien en sí misma, sino una carencia. No hay que esperar a llegar al cielo, hay que trabajar ya aquí por la justicia. Lucas no habla, como Mateo, de "pobres de espíritu", sino de pobres a secas, es decir aquellos que están carentes de lo más elemental para vivir dignamente. Son felices las personas que ahora tienen hambre, porque revertirá su situación y quedarán satisfechas. Son felices las personas que ahora lloran sin que las lágrimas dejen rencores en su vida. También son felices los que son perseguidos por causa del seguimiento del Hijo del Hombre y permaneces fieles a Él. Las bienaventuranzas de Lucas testimonian que Dios está a favor de los débiles y defiende su causa. Otro mundo es posible y de nosotros depende construirlo.

3.- Lucas proclama también “las malaventuranzas”. El que acumula bienes injustos, en su interior es un desdichado. Los satisfechos y egoístas que sólo piensan en sí mismos, en el fondo son unos infelices porque han puesto su confianza en sí mismos en lugar de ponerla en Dios. A Lucas le da pena su situación, por eso exclama ¡Ay de vosotros! Jesús invierte el orden de valores de este mundo, lo pone todo al revés. Por eso su mensaje es radical y revolucionario. Muchas veces se ha querido deformar u ocultar la exigencia radical del Evangelio. Pero sus palabras son claras, no hay duda de que el que quiera seguirle tiene que estar dispuesto a vivir de otra manera, pero tiene la seguridad de que va a ser feliz.