Miércoles XXXII Tiempo Ordinario

Escrito el 15/11/2023
Agustinos


Texto: Jesús Baños, OSA
Música: Autum prelude

Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».
Al verlos, les dijo:
«Id a presentaros a los sacerdotes».
Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios.
Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.
Este era un samaritano.
Jesús, tomó la palabra y dijo:
«No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».
Y le dijo:
«Levántate, vete; tu fe te ha salvado»


Fe que salva

Los 10 leprosos eran conscientes de su enfermedad. Los 10 salieron al encuentro de Jesús y se acercaron hasta donde podían; los 10 creyeron que Jesús podía compadecerse de ellos y ayudarles, por eso tomaron el riesgo de acercarse.  Los 10 tuvieron esa “fe” y los 10 quedaron curados por la obediencia a la palabra sanadora de Jesús…  Por lo que dice Jesús después al que regresa para darle gracias podemos decir que todos tuvieron la fe suficiente para ser curados, pero no la suficiente para ser salvados. Solo el que vuelve al encuentro de Jesús y se postra para darle gracias escucha estas palabras de la boca del maestro: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado». Es fe salvadora, que va más allá de la curación física… produce la regeneración del hombre completo, como alguien totalmente nuevo… Como un nuevo nacimiento. Es la condición de nueva criatura dada por Jesús a esa persona que consciente de su necesidad acude a Jesús, obedece su palabra, se experimenta sanada y vuelve para postrarse y dar gracias…

Es ese agradecimiento, que implica el reconocimiento de la acción de Dios, la alegría del don recibido, lo que hace de la fe de este leproso curado una fe distinta a la de los otros 9 también curados. Podríamos decir que es una fe personalizada, que adhiere la persona a Jesús… Y eso salva.