Miércoles XXXIV Tiempo Ordinario

Escrito el 29/11/2023
Agustinos


Texto: Javier Antolín, OSA
Música: Autum prelude

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».


Dios está a nuestro lado

En el Evangelio de hoy Jesús advierte a sus discípulos que serán perseguidos y llevados a los tribunales, pero todo ello que parece un contratiempo se presenta como una oportunidad para dar testimonio de él. 

Efectivamente, cuando Lucas escribía su Evangelio, la comunidad cristiana tenía experiencia de persecuciones, cárceles, martirios, por parte de los enemigos de fuera, pero también había conflictos dentro de las comunidades cristianas. 

Jesús no nos ha engañado pues después de dos mil años, la Iglesia sigue viviendo la misma experiencia: los cristianos siguen siendo perseguidos, odiados y llevados a la muerte. Tampoco tenemos que olvidar que Jesús previene y anima a los discípulos de todos los tiempos que en las dificultades nunca estaremos solos, pues siempre nos acompañara su Espíritu que estará a nuestro lado y hablará por nosotros. 

Jesús no nos prometió aplausos ni éxito en esta vida, pero sí que si somos fieles hasta el final salvaremos nuestra vida. Este es pues el mensaje que pase lo que pase y ocurra lo que ocurra en nuestro entorno más cercano o en lugares lejanos él nunca nos abandona. Dios-Padre-creador no se desentiende de su creación ni de la suerte de sus hijos. Nosotros solamente tenemos que mantenernos firmes en la fe y perseverar hasta el final de nuestros días. Cada uno tiene sus circunstancias y tendrá que pasar por pruebas diversas, pero de algo estamos completamente seguros: Dios siempre está a nuestro lado y nos acompaña en los momentos de dificultad.