Domingo III Tiempo Ordinario

Escrito el 21/01/2024
Agustinos


Texto: Javier Antolín, OSA
Música: Prelude nº1 in C major. Joham S. Bach (Kimiko Ishizaka)

Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.

Jesús les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.


Algo nuevo va a surgir

El Evangelio de hoy tiene dos partes, en la primera, se presenta el comienzo de la misión de Jesús. Después que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús comienza a ir por los pueblos y ciudades de Galilea proclamando la Buena Noticia de la salvación, anunciando que el tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca por lo que invita a todos a la conversión y a creer la Buena Noticia. En la segunda parte, se presenta la vocación de los primeros cuatro discípulos, los hermanos Pedro y Andrés y Santiago y Juan que eran pescadores en el lago de Galilea.

            El tiempo que vivimos es inminente por eso se nos invita a convertirnos al mensaje del Reino de Dios, algo nuevo va a surgir. Tenemos que volver nuestra vida a su mensaje y acoger la llegada del Reino. Jesús llamó a los primeros discípulos, pero nos sigue llamando también a nosotros que estamos ocupados o entretenidos en las cosas de nuestra vida, a veces parece que estamos sobreocupados, pero también hay cosas que nos enredan. Puede ser el trabajo, situaciones familiares, una enfermedad, la preocupación por el futuro, los conflictos sociales, la división en la iglesia, etc. ¿Estamos dispuestos a dejar nuestras cosas por seguirle? ¿Qué redes nos atan o enredan en estos momentos de nuestra vida? ¿Qué voces nos distraen o a quien escuchamos con interés? ¿Qué es lo que más nos cuesta para seguir la voz del que nos llama? El Evangelio nos dice que inmediatamente dejando las redes lo siguieron. No hay nada que pensar ni programar, pues el tiempo es inminente no hay que dar más vueltas ni nada que programar, simplemente ponernos en camino y seguirle.