Miércoles de Ceniza

Escrito el 14/02/2024
Agustinos


Texto:  https://www.iuvenes.org/lecturas-del-miercoles-de-ceniza/
Música: Prelude nº1 in C major. Joham S. Bach (Kimiko Ishizaka)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.

Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.

Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará»


Abrir la vida a la Gracia de Dios

En el evangelio del miércoles de ceniza vemos la experiencia de conversión como una relación íntima entre Dios y la persona. Frente a la tentación de buscar reconocimiento, fama o imagen, está el camino de acercarse a Dios para que el actúe en cada uno.

Debemos rasgar los corazones y no las vestiduras, es decir, cambiar realmente por dentro.

Para la cuaresma se nos invita a la oración, pero una oración de relación con Dios de tú a tú, «en lo secreto». Se nos invita a la limosna, a ocuparnos de los demás, pero de forma que pasemos desapercibidos «sin que nuestra mano izquierda sepa lo que hace la derecha». Son días que se nos invita a la abstinencia, a quedarnos con lo esencial, pero descubriendo la alegría en estos gestos.

Actuar desde la mirada interior de nuestro Padre, es decir que nuestros gestos, obras y actitudes las hacemos porque estamos convencidos, por amor. Ese es el verdadero fruto de la conversión y no actuar por cumplir, por interés, para recibir algo a cambio.

Recibir la ceniza, de corazón, escuchar la Palabra y celebrar la Eucaristía en este día significa rasgar nuestra vida para que en ella entre con plena fuerza la justicia de Dios, esto es, su gracia, su amistad, su consuelo, su perdón.