Texto: Jesús Baños, OSA
Música: Prelude nº1 in C major. Joham S. Bach (Kimiko Ishizaka)
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre».
Conocer al Pastor
Hoy siento una gran alegría de ser oveja del rebaño de este pastor. Es una verdadera buena noticia. Y lo que me sale al escucharlo es dar gracias… Gracias, Jesús, Buen Pastor, por dar tu vida, por conocernos, por cuidarnos y defendernos, porque te importamos.
Cuando en este trocito del evangelio de San Juan llega esa parte en la que Jesús dice: “Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre” me quedan una certeza y una pregunta. La certeza: estoy seguro de que Jesús me conoce. La pregunta: ¿de verdad yo conozco a Jesús? ¿Conozco a mi pastor?
Conocer al pastor es pasar tiempo con él, seguir sus pasos, distinguir su voz entre otras, confiar en sus caminos y en los pastos que propone… Conocer al pastor es acoger con gratitud la vida que entrega, permanecer en el único rebaño que él forma y guía… El Señor Jesús afirma que, como ovejas suyas, le conocemos. Quizás nos falte tomar conciencia de ello y sacar fruto de ese conocimiento.
En este domingo rezamos de forma especial por las vocaciones nativas… Rezamos porque en muchas partes del mundo se necesitan buenos pastores al estilo de Jesús. Pastores que conozcan y amen a sus ovejas. Recemos también por los que somos ovejas: que todos conozcamos de verdad al único Buen Pastor que da su vida por nosotros