Texto: Jesús Baños, OSA
Música: Crying in my beer. Audionautiz
Ilustre Teófilo:
Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y él comenzó a decirles:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
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Se trata de seguir los pasos de Jesús
Aquí tenemos el inicio de la misión de Jesús tan como nos lo presenta San Lucas. Nos lo cuenta después de haber investigado las cosas con diligencia y para que seamos conscientes de la solidez de las enseñanzas que hemos recibido.
Sabemos que la misión de Jesús es nuestra salvación; salvación del pecado y de la muerte. Que esa misión culmina con su muerte, resurrección, ascensión y efusión del Espíritu Santo, incluyendo también la esperanza cierta de su segunda venida. Es en su persona, mensaje y misterio donde esa salvación se cumple y hace realidad como auténtica Buena Noticia para todos los hombres.
Pero también, con la solidez de la enseñanza que recibimos hoy en el evangelio, debemos incorporar a esas verdades fundadas en nuestra fe, que esa salvación, tal como Jesús la propuso y desarrolló, pasa para nosotros por este tiempo, por este mundo, por las personas en sus situaciones concretas… y especialmente por la relación con cautivos, ciegos, oprimidos, … que es como un listado síntesis de los necesitados; de los necesitados de la Gracia de Dios. Y ahí estamos todos.
Así que la Buena Noticia de la salvación se escribe con las muchas buenas noticias de la liberación de todos los que necesitan ser liberados; de todos los que necesitamos ser liberados. Esa fue la misión de Jesús. Se cumplía en su persona. Y hoy somos todos los que creemos en Él, los que experimentamos la fuerza de su amor y presencia, los que estamos llamados a esta evangelización. Llamados a poner letra a todas esas buenas noticias que el mundo está necesitando. De otra manera, como bautizados, también hemos sido ungidos por el Espíritu para que no nos falten ni la fuerza ni el ánimo en la tarea. Se trata de seguir los pasos del mismo Jesús, de hacerle presente a Él que es quien salva. Eso, me parece a mí, que tiene mucho que ver con ser cristiano.