Historia y personajes

Escrito el 16/06/2022
Agustinos


El convento San Agustín de Cádiz

Cádiz fue una ciudad estratégica en las comunicaciones entre España y América y desde primeros del siglo XVIII sustituyó a Sevilla como puerto de entrada y salida hacia América. Por ello, los agustinos que salían hacia América o Filipinas, vía Méjico, tenían que recalar en esa ciudad o en el Puerto de Santa María.

La presencia frecuente de agustinos en su puerto fue la razón de que un devoto de San Agustín, el Regidor de la ciudad D. Felipe Voquín ofreciera a los agustinos un solar y unas casas, donde estos pudieran construir una iglesia y un convento bajo la advocación de Ntra. Sra. de las Nieves, aunque años después pasó a llamarse de San Agustín. El hecho sucedió en 1593, aunque todo se retrasó por conflictos legales con el convento de los franciscanos y al ser asaltada la ciudad por los ingleses.

La fecha definitiva de su fundación será el año 1617, cuando el provincial de la Provincia de Andalucía acudió a Cádiz y recibió los permisos de la ciudad y el prelado de la diócesis. Las obras comenzaron con la construcción de la iglesia y continuaron con el convento, concluyendo en 1644 el conjunto conventual. La iglesia ha llegado hasta nuestros días en perfecto estado y consta de tres naves, con cúpula sobre pechinas y un amplio coro. En el altar está un retablo neoclásico, que es uno de los mejores de la ciudad dedicado a Nuestra Señora de Gracia, obra del arquitecto Pedro Ángel Albizu y en los laterales tiene escenas de la vida de Santa Rita y de San Agustín. En el exterior del templo hay un frontispicio de mármol, traído de Génova y pagado por el ciudadano Sancho de Urbanibia en 1647. Tiene dos cuerpos con columnas incrustadas en el muro y rematado por un frontón partido, que deja en el centro una hornacina, donde está colocada la imagen de San Agustín.

Posee también importantes imágenes procesionales, como el Cristo de la Buena Muerte, de madera policromada, de autor anónimo y de muy alta calidad y construido en 1648, y para una cofradía se encargó una dolorosa bajo la advocación de la Virgen del mayor dolor. La obra del Cristo de la humildad y la paciencia es obra de Jacinto Pimentel y de 1638, también es de madera de cedro policromada y realizada por encargo de la cofradía de los vizcaínos. Ambas imágenes pertenecen a las cofradías del mismo nombre.

En el lateral de la iglesia estaba el claustro y los demás espacios propios del convento. El claustro ha llegado hasta nuestros días, ya que en ese lugar se instaló un instituto de enseñanza media.

Este convento gaditano fue uno de los más importantes y más grandes de la provincia religiosa, juntamente con los de Sevilla y Córdoba, y vivían en sus claustros unos setenta religiosos, llegando en el momento de la desamortización a tener casi treinta. En este convento había noviciado y se impartían estudios de Filosofía y Teología, así como Matemáticas. Había maestros, un regente de estudios y lectores.

Su localización en la ciudad de Cádiz sufrió las desgracias de la ciudad. Así ., además de ser atacada por los ingleses será objetivo de Napoleón. Cuando España fue ocupada por los ejércitos franceses, Cádiz se mantuvo a salvo, aunque sufrió un bloqueo y sucesivos bombardeos. Esta circunstancia permitió que los agustinos de Cádiz fueran los únicos en España que pudieron mantenerse en su convento, ya que todos los demás fueron cerrados y muchos de ellos serán destruidos en la Guerra de la Independencia. Ya no se podrá salvar de su clausura cuando llegue la desamortización de Mendizábal en 1835. La iglesia se entregó al obispado y el convento de dedicó para instalar un instituto de enseñanza media, que ha llegado hasta nuestros días.

En 1915 el obispo de Cádiz hizo entrega de la iglesia y un pequeño espacio a la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas. Desde entonces los agustinos han atendido la parroquia de San Agustín, regentando la comunidad el P. Landaburu en el primer momento. Unos años después, en 1926 pasó la parroquia a la nueva provincia religiosa creada al dividirse la de Filipinas. Desde entonces la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de España ha llevado la parroquia gaditana.

 Fr. Ricardo Paniagua