Hola, qué tal, cómo estás.
Este domingo pasado hemos celebrado la fiesta del Corpus Christi, del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el cual se nos hace presente en la Eucaristía.
Y, junto con esta fiesta, hemos celebrado también el amor, la caridad, porque el amor a Cristo y el amor a los demás no pueden separarse, son el mismo amor.
Celebrar a Cristo presente en el pan y vino de la eucaristía, que se queda de forma permanente para nosotros en el sagrario, es celebrar también a todos los que formamos parte de este mismo cuerpo celestial.
Y, en especial, es recordar y estar al lado de aquellas partes del cuerpo que están enfermas, adoloridas, envejecidas, aquejadas, rechazadas. Por eso al día del Corpus Christi está asociado el día de la Caridad, de CARITAS.
Vamos a escuchar un pequeño texto de San Agustín donde nos habla de “Amar a Cristo”.
“Extiende tu amor a toda la tierra si quieres amar a Cristo, pues los miembros de Cristo están en toda la tierra.
Si amas solo una parte, estás dividido. Si estás dividido no estás en el cuerpo. Si no estás en el cuerpo, no estás bajo la Cabeza, que es Cristo”.
(Comentario a la I carta de S. Juan 10,7)
Oración
Mira, Señor, nosotros somos tu pequeño rebaño. Te pertenecemos.
(Confesiones 10, 36)