Te quiero y te amo (2)
“Entonces me dirigí a todas las cosas que rodean las puertas de mi carne: ‘Habladme me mi Dios, ya que vosotras no lo sois’… Pregunté a la mole del universo acerca de mi Dios, y me respondió: ‘Yo no lo soy. Él ha sido quien me ha hecho’”. (Conf. X, 6, 9).
Oh ceguera mía,
oh mi ojo ciego!
¿Por qué no he visto antes
que vosotras, cosas, sois espejo;
que yo, pequeñez inmensa,
soy espejo
donde puedo mirarlo,
donde mirando lo contemplo,
donde contemplándolo aprendo
que Dios es el eterno,
el hacedor perfecto,
el sabio maestro,
y que yo
-pequeño
e
imperfecto-
aunque con grandes ideales
en mi pensamiento,
sólo puedo amarlo
si en vosotras,
si en mí,
lo estoy reconociendo.
Sí, Señor;
un poco, ahora,
comprendo.
¡¡¡Te amo, Señor,
y Te creo!!!
Nazario Lucas Alonso