Convento de San Agustín de Vinaroz
El convento agustino de San Agustín de Vinaroz en la provincia de Castellón pertenecía a la Provincia de la Corona de Aragón. Era uno de los 17 conventos que formaban la parcialidad de Valencia, una de las cuatro que constituían la provincia religiosa, junto con Aragón, Cataluña y Baleares.
El convento se fundó en 1595, extramuros de la población, en la ermita de Santa Magdalena y cerca del mar y, por tanto, en la zona de las correrías de los piratas berberiscos. Años después, y superado el pleito con los franciscano por temas de preeminencia, después de sucesivas apelaciones hasta llegar al Rey, se construyó en el casco urbano en 1666. La condición que se daba a los agustinos es que el cenobio estuviera bajo la advocación de San Telmo, patrón de los marineros. Todo se llevó a cabo gracias a las gestiones de las autoridades con el provincial Fr. Gaspar de Saona y pronto alcanzó la cifra de cerca de veinte religiosos.
La cofradía más importante del pueblo era la de San Telmo y al llegar los agustinos al pueblo fijaron su sede en la iglesia conventual, donde también había algunas otras. En esta villa hubo un hecho histórico muy importante al llegar al pueblo D. Juan José de Austria, hijo bastardo de Felipe IV, que había acudido a Cataluña en 1654 como Virrey y se sintió enfermo. Venía acompañado del célebre historiador agustino Fr. Tomas de Herrera, que era su confesor. El Príncipe se curó, pero el agustino falleció en la población. Como es lógico, al existir un convento agustino fue enterrado en el mismo con mucha solemnidad por orden del Príncipe. Había sido prior de Salamanca, provincial de Castilla y un destacado escritor.
Como dice el historiador de la Provincia Fr. Jaime Jordán, el convento construido en Vinaroz era pequeño pero donoso, pero con las instalaciones necesarias, incluido el claustro y la iglesia. En 1749 iniciaron las obras para construir una nueva iglesia que fuera más espaciosa. El templo era de cruz latina, con seis capillas laterales y una cúpula elevada, sin linterna. Los altares estaban dedicados a la Correa de San Agustín, S. Nicolás de Tolentino, Santa Rita y la Virgen del Rosario. En 1785 el templo agustino se vio enriquecido al recibir la reliquia de la mártir Santa Victoria. Las gestiones para traer el cuerpo de la santa se debieron a las gestiones en Roma del agustino de Vinaroz Fr. Rafael Lasala, que fue obispo de Solsona. Al llegar el cuerpo de la santa se construyó una capilla adosada a la iglesia, que se inauguró en 1788, celebrándose grandes fiestas a su conclusión.
En 1821 el convento fue cerrado por orden del Gobierno del Trienio Liberal y sus religiosos tuvieron que ir al convento de Jérica. Concluido el trienio, en 1823 los agustinos volvieron a la casa religiosa, pero en 1835 se produjo la desamortización de Mendizábal y se confiscó el edificio y sus propiedades. Los 11 religiosos que todavía quedaban se vieron obligados a salir definitivamente. Después de pasar por diversas manos, el convento fue derruido y la iglesia convertida en Auditorio Municipal. Sin duda, el agustino más célebre de este pueblo fue Fr. Rafael Lasala, aunque profesó en el convento de Valencia. Fue catedrático, examinador sinodal, prior de S. Fulgencio y obispo de Solsona en 1773, donde falleció veinte años después.
Fr. Ricardo Paniagua