Píldoras de San Agustín

Escrito el 04/03/2024
Agustinos


 

¡Hola, qué tal, cómo estás!

Seguimos avanzando por la Cuaresma y ya hemos entrado en la tercera semana.

Seguramente, en nuestras comunidades cristianas se ha programado para uno de estos días de Cuaresma la celebración del perdón, de la reconciliación. Lo que antes llamábamos confesión. Para algunos, es la única vez al año que se acercan al Señor para pedir perdón por los pecados cometidos. 

Dado que, normalmente no son pecados muy graves, gordos, sino de estos de andar por casa, que diríamos, pues no se les da mucha importancia, y se van acumulando a lo largo del tiempo convirtiéndose en una carga pesada.

San Agustín invita a tomar conciencia de esta realidad de la acumulación de los pecados, del mal que se hace poco a poco a uno mismo, a los demás y, en ellos, al mismo Dios. Que, aunque parezcan cosas pequeñas, sin importancia, ahí están, sumándose. Y, también, nos recuerda qué hacer ante esto.  

“Los pecados que oprimen y nos sepultan no pueden ser banalidades! ¿Qué es más menudo que una gota de agua? Y, sin embargo, llenarán los ríos. ¿Qué es más pequeño que un grano? Sin embargo, llenarán los graneros. Te das cuenta de que estos pecados son más bien pequeños, pero no te das cuenta de que son muchos. En todo caso, Dios nos ha dado un remedio cotidiano para ellos y, que Jesús mismo, ha indicado en la oración que nos enseñó”.

(Sermones 261, 10)

Oración:

“Padre nuestro que estás en los cielos, perdónanos nuestras deudas como nosotros las perdonamos a nuestros deudores”.

(Sermones 261, 10)