Píldoras de San Agustín

Escrito el 18/03/2024
Agustinos


 

 

¡Hola, qué tal, cómo estás!

Comenzamos la quinta semana de Cuaresma. Parece que fue ayer cuando se inició este tiempo especial con el miércoles de ceniza y, ahora, solo quedan siete días para la Semana Santa.

Con qué velocidad se pasan los días, los meses, los años. Y, en todos estos, siempre tenemos la Cuaresma como tiempo para plantearnos el cambio, la conversión. Todos los años nos lo proponemos y, siempre, nos quedamos insatisfechos.

La verdad es que resulta difícil dejar a un lado todas las pasiones, todos los caminos que en la vida nos alejan de Dios, de los demás, de lo profundo de nuestro corazón. Nos cuesta mucho centrarnos en el camino auténtico que nos lleva a la luz, a la resurrección, en definitiva, a la vida.

Para lograr esto hay que darle una vuelta completa a nuestra existencia, como cuando se le da la vuelta a un calcetín, que se saca lo de dentro para afuera. Y, esto, solo lo podemos hacer con la ayuda de Dios.

San Agustín lo tenía claro y por eso nos dice:

“Hasta que transformamos nuestra vieja vida y damos a nuestro espíritu una nueva imagen, encontramos muy difícil y fatigoso salir de la oscuridad de las pasiones terrenas para volvernos hacia la serena calma de la luz divina. Así, pidamos a Dios su ayuda para una conversión completa.”

(Enarraciones sobre el salmo 6, 5)

Oración:

“Por tu nombre, ten piedad de mi según tu gran misericordia, Señor, y por ningún motivo abandones el trabajo que has iniciado, más aún, completa lo que en mí es imperfecto”.

(Confesiones 10,4)