Historia y personajes

Escrito el 21/03/2024
Agustinos


Convento de San Agustin de Antequera

En la fundación de este convento contaron los agustinos con el apoyo del obispo de Málaga Don Diego Martínez Ramírez de Villaescusa, que donó, con la aprobación del cabildo, la ermita de Santa Catalina, situada extramuros de la ciudad. Tomó posesión de ella Fr. Martín de San Agustín en 1514. Los primeros patronos de la iglesia fueron el Comendador Don Rodrigo Díaz de Rojas y su mujer Dña. Elena de Zayas que se comprometieron a construir la capilla mayor, que se concluyó en 1526, firmando la escritura por parte de la Comunidad y avalada por el provincial de España Sto. Tomás de Villanueva.

Un tiempo después cambiaron la ermita con sus propiedades rústicas por unas casas de la calle Estepa, propiedad del alcaide Don Diego de Narváez y Rojas en 1540. En ese solar se edificó el convento agustino en el casco urbano de la ciudad. Para ello contrataron al arquitecto de la catedral de Málaga Diego de Vergara. La nueva capilla mayor fu sufragada por D. Pedro de Narváez, hermano del alcaide. La iglesia era de una sola nave, amplia y suntuosa, con bóveda de crucería y una amplia y profunda capilla mayor, y se construyó entre los años 1550 a 1566.

El estilo que predomina es el manierismo, al que corresponde la capilla mayor, la torre y la bóveda. Destaca la torre, la segunda más elevada de Antequera, que se edificó entre el siglo XVII y XVIII. En la fachada sobresale una balconada que le da aspecto de palacete. La iglesia sufrió muchas transformaciones a lo largo de los siglos, sustituyendo la bóveda primera por una bóveda de medio cañón con lunetos. La capilla mayor es uno de los espacios arquitectónicos más bellos de Antequera, es de planta rectangular y bóveda gótica con decoración de yeserías y pintadas, recogiendo las escenas de la vida de San Agustín y también hay un gran lienzo de San Nicolás y retablo de Santa Rita de Casia. Destaca la sillería de coro, con representaciones de temas agustinianos.

En el convento vivía una docena de religiosos y la casa pasó a formar parte de la Provincia Agustiniana de Andalucía. En este convento había dos maestros. Como el resto de los conventos españoles sufrió el expolio por parte las tropas francesas en la Guerra de la Independencia. Al llegar la desamortización fue cerrado el convento y expulsados sus moradores, y las propiedades se subastaron y vendieron.

En el siglo XIX padeció los destrozos ocasionados por los terremotos que hubo en esa zona en diciembre de 1884. Afortunadamente la iglesia se mantuvo abierta, aunque con algunas destrucciones. Los restos del convento fueron destruidos en la Guerra Civil española, pero la iglesia siguió ejerciendo su función. En ella tienen su sede varias cofradías, como la histórica del Santo Crucifijo y la Consolación y Correa. En Semana Santa salen tres tronos de Nuestro Padre Jesús y los pasos de la Cofradía de Jesús a su entrada en Jerusalén, “La Pollinica”.

Fr.  Ricardo Paniagua