Sabías que…

Escrito el 22/03/2024
Agustinos


 

"En la tranquilidad con sus amigos: Casicíaco (II)"

En el capítulo anterior de la biografía de Agustín le hemos dejado, en el año 386, con su grupo de amigos en una finca que se llama Casiciaco, a las afueras de Milán Entre los que se encuentran allí están su hermano Navigio, su amigo Alipio, su hijo Adeodato y su madre Mónica.

Este período de unos cuatro meses que pasan en Casicíaco, son para Agustín un tiempo de penitencia, oración, meditación, de vivir en común con otros que tienen los mismos afanes espirituales e intelectuales. Por eso, junto a las horas de trabajo manual, de comer juntos, de oración, se unen las horas de estudio, charla y discusión sobre temas filosóficos.

Ahora, para Agustín, Cristo pasa a ser el centro de la vida. Así, en primer lugar, considera a Cristo como la máxima autoridad; segundo, todo saber se tiene que fundamentar en dos pilares: la razón y la autoridad de Cristo; tercero, la búsqueda de la sabiduría se identifica con la búsqueda del Dios de Jesucristo; y, cuarto, la purificación del alma se lleva a efecto cumpliendo sus mandamientos.

Podemos decir que el tiempo que pasa Agustín en Casicíaco es un tiempo de preparación para el bautismo. Por eso, a primeros del mes de enero del año 387, ya próxima la cuaresma, dejan la finca y regresan a Milán, para que Agustín se inscriba en la lista de quienes desean ser bautizados en la solemne Vigilia Pascual.

De esta manera, Agustín es bautizado en la noche del 24 al 25 de abril del año 387. Con él, entran a formar parte de la Iglesia su amigo Alipio y su hijo Adeodato. Este último tiene unos dieciséis años y morirá muy joven.

Al recibir el bautismo huye de ellos toda inquietud por la vida pasada.  Son días de entusiasmo en que Agustín no se cansa de considerar la grandeza del plan salvador de Dios.

Ahora bien, después del bautismo su mente ya piensa en abandonar el territorio italiano y retornar a Tagaste.

¡Pero esto, será para el próximo día!