Historia y personajes

Escrito el 05/06/2025
Agustinos


Convento de san Agustín de Igualada

El convento de S. Agustín de Igualada pertenecía a la Provincia Agustiniana de la Corona de Aragón, dentro de la parcialidad de Cataluña. Esta Provincia religiosa también estaba formada por los conventos de Aragón, Valencia y Baleares. Se trataba de un cenobio de tipo medio, con noviciado y habitado por unos 15 religiosos.

Fue fundado en las afueras de la población en 1393 por algunos religiosos que vinieron del convento de Barcelona. Era uno de los más antiguos de los que había en Cataluña y se estableció por un acuerdo entre los consejeros de la ciudad y Fr. Jaume Castelló, siendo aprobado por el Papa Clemente VII de Aviñón. También intervino el ciudadano Francesc Sagrera, cuya familia había fundado la capilla de Santa María Egipciaca, que fue cedida a los agustinos para crear en la zona el nuevo convento.

En 1408 los agustinos solicitaron permiso para instalarse en el casco urbano, pero no llegaron a realizarlo en ese momento. Desde el siglo XV se veneraba en la iglesia del convento la imagen de la Virgen de la Piedad, convirtiéndose el templo en centro de peregrinación mariana de la región en los siglos siguientes. La llegada de la imagen fue, según la leyenda fue de forma milagrosa, por medio de un extraño personaje que la trajo consigo. Los religiosos en este tiempo atendían la predicación y el confesonario.

En 1479 tuvo lugar un capítulo provincial, o más bien de la parcialidad catalana, pero poco después pasó por un periodo decadente y los religiosos lo abandonaron a finales del siglo XVI, refugiándose en el hospital de San Bartolomé. Se ha dicho que formaba parte de las casas de la estricta observancia, como el famoso convento “Domus Dei” y el de Fraga. El Prior General Pablo Luchini le concedió ser casa de noviciado y así  ejercerá hasta la extinción.

A principios del siglo XVII se construyó el elemento arquitectónico más destacado del conjunto conventual, entre 1612 y 1670. Se trata de un magnífico claustro renacentista, de influencia italianizante, que ha llegado hasta nuestros días y es de planta trapezoidal con dos pisos, que está considerado uno de los principales monumentos artísticos de la ciudad.

El ciudadano D. Jerónimo Cornet fundó en el convento una Obra Pía donando un molino, tierras y dinero con el fin de construir un aula, y dotarla de un Lector que explicara Filosofía y Teología a los jóvenes, y que permaneció en activo hasta 1835. Al llegar la desamortización la familia Cornet reclamó los bienes de la Obra Pía al Gobierno.

Durante el Trienio Liberal de 1820 el convento estuvo cerrado de 1820 a 1823. En 1824 regresaron los frailes, pero en 1835 por el Decreto General de Desamortización se clausuró definitivamente, siendo vendidas sus propiedades en pública subasta. Lo primero que se hizo fue trasladar la imagen de la Virgen de la Piedad a la parroquia de Santa María. En 1858 los Escolapios edificaron un colegio en el solar del convento, conservando el claustro renacentista y la iglesia que se mantuvo abierta. El Colegio de la Escuelas Pías ha llegado hasta nuestros días, como un centro concertado, con más de mil alumnos.

Fr. Ricardo Paniagua, OSA