Convento de San Agustín de la Selva del Campo
La Selva del Campo es una población cercana a Reus, en la provincia de Tarragona, y en cuya población se encontraba el convento agustino perteneciente a la Provincia de la Corona de Aragón, formando parte de la parcialidad de Cataluña, y en el que residían una decena de religiosos.
Como otros muchos cenobios religiosos de distintas poblaciones, su fundación fue solicitada por los consejeros de la villa, que deseaban tener en ella una orden religiosa que ayudaran a la atención de los fieles, la predicación y confesión. El año 1598 se fundó con la aprobación del arzobispo de Tarragona el convento agustino, aprovechando unos terrenos cedidos por el ayuntamiento. Mientras se hicieron las obras los religiosos residieron en la Casa del Hospital, celebrando misa en la iglesia cercana de Santa Lucía. Previo a su edificación se firmaron unos acuerdos con el párroco, para evitar conflictos, algo muy habitual cuando se instalaba una nueva orden en la población. Ante lo costoso de las obras, se contó con la ayuda del rico mercader D. Rafael Ripollés, que actuara como mecenas del convento.
Terminado el edificio se emprendieron las instalaciones de la iglesia. Tanto Fr. Gabriel de Saona, que fue prior, como su hermano Gaspar de Saona consiguieron completar la obra el año 1623, en tiempos de Fr. Gaspar, que fue reelegido sucesivas veces como superior. Esta villa sufrió la peste del año 1651 muriendo muchos de sus habitantes y también algunos religiosos. El siglo XVIII fue un tiempo de crecimiento, adquiriendo algunas parcelas y construyendo varias mejoras en el convento e iglesia, instalando un nuevo órgano. Del conjunto conventual destaca el claustro, que es muy bello, y considerado uno de los pocos de estilo renacentistas de Cataluña, con dos alas del mismo de tipo, con doble galería, la inferior de estilo dórico y la superior con arcadas de tipo jónico
En 1809 los franceses invadieron la villa, obligando a sus pobladores a huir a la zona de Lérida. El ejército francés, como siempre originaron muchos destrozos de los elementos artísticos del convento y otros edificios del pueblo. El año 1809 contaba la comunidad con siete religiosos y algunos hermanos coadjutores. Terminada la guerra, en 1813 los agustinos se reintegraron al cenobio, o que quedaba de él, ya que había sido expoliado y arrasado.
Apenas unos años después, en 1820 se produjo la subida al poder de los liberales del General Rafael del Riego, que cerraron el convento y grupos de liberales volvieron a desvalijarlo. Se apropiaron de sus rentas y expulsaron a los religiosos. Por fin en 1823, con la caída del Gobierno Liberal, regresaron los religiosos para iniciar la recuperación de las celdas. Al aprobarse el decreto general de desamortización fue cerrado y convertido en hospital y parroquia y vendidas sus propiedades en pública subasta.
El edificio fue utilizado por familias pobres de la villa en los primeros momentos, y en 1850 lo ocuparon los jesuitas, que estuvieron hasta 1855, a causa de la Vicalvarada y la expulsión de la Compañía. Entraron a vivir más tarde los claretianos que permanecerán de 1864 a 1936. Después de la Guerra Civil el arzobispado va a convertir el inmueble en casa de ejercicios.
Fr. Ricardo Paniagua, OSA