Orando con San Agustín

Escrito el 13/08/2025
Agustinos


La verdad es su común tesoro

En la ciudad eterna no nace nadie, porque nadie muere; allí reina la verdadera y plena felicidad (que no es diosa, sino un don de Dios); de ella, como prenda de su posesión, hemos recibido la fe para el tiempo en que, peregrinos, suspiramos por su hermosura; allí no sale el sol sobre malos y buenos: sólo hay un sol, el Sol de justicia, que protege a los buenos; allí no habrá que hacer grandes esfuerzos para enriquecer el erario público a expensas de las fortunas privadas: la verdad es su común tesoro. (La Ciudad de Dios, V, XVI).

 Que dormiré en yacija de granito

es la lección que ya tengo aprendida,

porque este es el destino de la  vida.

Nunca el ser creado ha sido infinito.

 Me pregunto: ¿como hombre soy maldito?

¡Nunca tuvo en mi mente esto cabida!

Hay lenitivos que curan la herida

abierta por aquel primer delito.

 Pasará el otoño, vendrá el invierno

y aunque todo parezca que se muera

radiante brotará la primavera

 con luces, con calor, con amor tierno.

Yo no espero la vida del infierno;

confío en el buen Padre que me espera.

                        Nazario Lucas Alonso