Sabías que Agustín, en compañía de unos amigos, crea en el s. IIII después de Cristo, un tipo de vida en común inspirada en la primitiva comunidad cristiana de Jerusalén. Primero lo hace en Tagaste, cuando todavía es laico, luego en Hipona, en su etapa de sacerdote, y después siendo obispo.
El ideal de este tipo de vida comunitaria inaugurada por Agustín se desarrolla, especialmente, por el norte de África, donde muchos de los Hermanos de estas comunidades son llamados por la Iglesia a desempeñar el ministerio pastoral en las comunidades cristianas de los pueblos y ciudades de la zona.
Esta forma de vida en comunidad, que el mismo Agustín experimenta, es conocida a través de sus escritos -sobre todo la Regla-, en los que trata ampliamente de la misma. Por eso, la Orden de San Agustín reconoce a Agustín, desde sus inicios, como padre, maestro y guía espiritual, ya que de él recibe su Regla o norma de vida, el nombre, la doctrina y la espiritualidad. A lo largo de los siglos siguientes, y hasta el s. XIII, se crean comunidades que viven la Regla o norma de vida de San Agustín, pero que no tienen entre sí relación alguna, son independientes unas de otras.
El Papa Inocencio IV en el año 1244, y el Papa Alejando IV en el año 1256 son los que promueven la unión de estas comunidades para que formen la Orden de San Agustín. Esta atención que los papas dispensan a la Orden en su nacimiento marca claramente su actividad posterior, que no será otra que: estar al servicio de la Iglesia universal y, como consecuencia, la fidelidad de la Orden al Papa.