Canto a María 2
“Se hizo hombre el que creó al hombre, pero permaneció sin inmutarse Dios y mejoró el hombre”. (In Io.Evang. 52, 3).
Sigues, Madre, ofreciendo tu sonrisa,
tu alegría, tu paz y tu confianza;
eres en mar augurio de bonanza,
en tórrido desierto, fresca brisa.
Mi corazón quiere hoy, a toda prisa,
proclamar jubiloso tu alabanza,
aprender de Ti la bienaventuranza
para tenerla siempre por divisa.
Tú fuiste del Señor su fiel esclava
y viviste feliz en la pobreza;
por ser fiel virgen fuiste fértil madre
y en tus brazos nos muestras a tu hijo.
Por tu silencio, mis labios te alaban;
porque fuiste humilde, eres la grandeza
Nazario Lucas Alonso