Historia y personajes

Escrito el 30/06/2022
Agustinos


Convento de los mártires de San Agustín de Huécija

Este pequeño convento de la provincia de Almería pasaría inadvertido si no fuera porque en el siglo XVI murieron martirizados 13 agustinos y un grupo numeroso de los habitantes del pueblo. Coincidiendo con la rebelión de los moriscos de las Alpujarras el año 1568 la población fue atacada y gran parte de los habitantes del la zona se refugiaron en el convento de los agustinos, que fue rodeado e incendiado por los moriscos, muriendo los agustinos y quienes se habían refugiado en él. Los cadáveres fueron quemados y casi destruidos, resultando muy difícil su identificación, ya que fueron arrojados en una alberca, donde estuvieron casi un mes, hasta que entraron las tropas reales.

Los orígenes del convento se remontan al año 1511, en que se comenzaron las obras bajo el patronazgo de Dña. Teresa Enríquez, hija del almirante de Castilla y conocida en la literatura mística como la “Loca del Sacramento”. El convento llevaba el título de Santa María de Jesús, y una de sus funciones sería enseñar la doctrina cristiana a los moriscos convertidos de esa región que había pertenecido al reino nazarí de Granada. En 1522 quedó destruida la iglesia a causa de un terremoto, que llevaba el título de Santa María de Regla, y en el solar que dejó se construyó la gran iglesia conventual. La iglesia era de una sola nave y estaba revestida con piedra de sillería, con capillas entre los contrafuertes. El altar mayor estaba ocupado por las imágenes de la Virgen de la Consolación, San Agustín y Santa Mónica. Adosado a la iglesia estaba el convento que era pequeño, con residencia ordinaria para seis religiosos, aunque en 1568 vivían 13 agustinos.

El hecho más trágico de estos primeros años fue el asalto de los moriscos al convento, en el trascurso de la llamada rebelión de los moriscos, que afectó a la región de las Apujarras en el periodo de 1568-70. En ese ataque e incendió del edificio murieron los agustinos y muchos vecinos del lugar. El primer informe sobre los mártires lo hizo el arcediano de la catedral de Granada que dedica unas 50 páginas a estos hechos. También el jesuita P. Francisco Hitos escribió en 1568 una crónica muy documentada sobre los mártires de las Alpujarras, que incluye a los agustinos de Huécija. El P. Claudio Burón publicó un amplio artículo en “Archivo Agustiniano” en que recoge los primeros informes que se hicieron sobre estos hechos, y recuerda que en el mismo año de 1569 el convento de San Agustín de Granada encargó a Fr. Egidio de Córdoba que hiciera toda clase de gestiones sobre los hechos. El mismo Fr. Tomás Herrera recoge el nombre de cada uno de los agustinos martirizados. Pasaron muchos años sin que se tomara ninguna decisión sobre estos acontecimientos, lo que llevó al Promotor fiscal del arzobispado de Granada a de abrir una profunda investigación y así se lo presentó al arzobispo D. Diego Escolano en 1668. Muchos años después el P. Eustasio Esteban reactivó los informes sobre estos mártires.

Terminada la guerra de las Alpujarras el convento fue restaurado y la comunidad agustina volvió a Huécija y se colocaron las imágenes que habían sido recogidas en Guadix, recibiendo ayuda del ducado de Maqueda en esta restauración. Los agustinos volvieron a sus labores de confesión y predicación para los habitantes de la zona. En esta casa había noviciado y cátedra de Gramática para alumnos externos. Así transcurrieron los años hasta la Guerra de la Independencia en que la población fue ocupada por las tropas francesas que saquearon el convento, además de expulsar a los religiosos. En 1814 pudieron volver a la casa los agustinos, donde permanecerán hasta desamortización de 1835. En esos años recibirán la visita de prior provincial de la Provincia de Andalucía, siendo la última la de 1833.

El último espolio del edificio se ocasionó durante la Guerra Civil, en que fueron destruidas imágenes, con mayor crueldad que los moriscos, y se desmantelaron elementos decorativos y maderas del convento. Después de la guerra se han llevado a cabo trabajos de restauración del templo. Terminaba así la historia de este pequeño convento por el número, pero grande por los mártires que allí entregaron su vida. Se conserva la iglesia que actúa como parroquia del pueblo. El conjunto agustino de Huécija ha sido declarado bien de interés cultural y constituye uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca de la provincia de Almería. Está siendo restaurado su interior que es el que más ha sufrido en los últimos saqueos, sobre todo la pintura, elementos decorativos y restauración de maderas.

 Fr. Ricardo Paniagua