"Vida común auténtica y sincera"
La semana pasada decíamos en nuestro apartado de “Sabías que”, que la verdadera unión que se tiene que dar entre los corazones de los agustinos, requiere una vida común auténtica y sincera. Y, para que exista esta vida común, se necesita una profunda comunión de mente y corazón entre los religiosos que viven bajo el mismo techo.
Por eso, una comunicación sincera es condición esencial para que se fortalezca la vida fraterna en la comunidad religiosa agustiniana. Y, esto, no solo es válido para los agustinos, sino también para los que viven en pareja, en las relaciones padres e hijos, entre los amigos.
Te cuento que, los agustinos, para lograr esta comunicación sincera entre las diversas comunidades que hay en un país, continente o en el mundo, promueven las reuniones regulares y las sugerencias, las hojas informativas y las revistas, las cartas y las visitas, Internet y las rede sociales. Todo esto ayuda a crear relaciones más estrechas y nutren el espíritu de la familia agustiniana de toda la Orden.
Por su parte, cada comunidad religiosa, la que está en una parroquia, colegio, etc…. tiene que organizar la vida común con cierta flexibilidad, según la diversas circunstancias y ocupaciones de sus religiosos. Todo esto debe hacerse para el bien de la comunidad y de cada uno de sus miembros, de tal manera que con ello se favorezca, de verdad, la vida común y apostólica.
No sé si sabes o conoces, que hay religiosos agustinos que, por razones especiales, viven fuera de la comunidad con permiso del Superior. Esto conlleva que no puedan vivir en plenitud la vida común. Por eso, se les indica que deben guardar fielmente el mismo espíritu de fraternidad y tienen que procurar reunirse en fechas determinadas con la comunidad o hermanos más próximos y participar de los beneficios y gozos de la caridad mutua.
Finalmente te indico que, para responder a la situación actual y manifestar el carisma agustiniano en la sociedad multicultural que tenemos ahora, la Orden de San Agustín intenta promover la creación de comunidades internacionales como testimonio de comunión y universalidad. Así, hoy puedes ver religiosos agustinos de distintos países viviendo y trabajando juntos en la misma comunidad.
(Constituciones 110-113)