CONVENTO DE LA CASA DE DIOS (MIRALLES)
Este convento, también llamado de Ntra. Sra. de Gracia, se encontraba a unos 35 km. de Barcelona y todavía se pueden apreciar las ruinas en el pueblo de Miralles. Como otros conventos nació de una donación que hizo Bertrán Nicolau, un rico mercader de Barcelona, para lo que contó con frailes del convento de San Agustín de Barcelona el año 1413, una vez conseguida la probación del Papa Benedicto XIII. Al tener problemas con la propiedad, poco después se trasladaron cerca de la población de Miralles.
Este convento nació de forma independiente por un grupo de frailes que tenían sus propios estatutos con el deseo de vivir con gran austeridad y disciplina. Desde el principio pregonaba una observancia estricta, en un momento en que los conventos eran claustrales, lo que significaba poco observantes y con cierta relajación. Esto hizo que no fuera bien visto por los frailes del convento de Barcelona, que difundieron rumores malignos sobre la vida de los residentes en Miralles. En 1413 intentaron hacerse con el convento lo que originó un litigio que ganó la comunidad de Miralles. Durante el siglo XV se levantó una capilla de estilo gótico, con las paredes cubiertas con pinturas murales. Varias de sus obras están en el Museo Nacional de Cataluña, destacando el retablo principal titulado “Retablo de la Virgen, San Agustín y San Nicolás de Tolentino”, que es obra de Antoine de Lonhy, de mediados del siglo XVI. Años después se construyó una iglesia barroca, aunque se mantuvo la primera capilla. Todavía se conservan algunas pinturas que han sido restauradas.
Al comenzar la reforma religiosa de la Provincia de Aragón por orden del rey Felipe II y con permiso del Papa, llegaron los padres reformadores provenientes de Castilla el año 1568. Estos reformadores se acercaron al convento Casa de Dios el año 1569 y convocaron al bayle y cónsules del lugar para presentar las bulas e hicieron venir al prior del convento para comunicarle su proyecto de reformar el convento. La comunidad aceptó las letras presentadas pero expresaron su queja por ser un convento de gran observancia, siendo aceptado el hecho por los reformadores que no cambiaron nada, por considerar que ya vivían en la observancia.
En 1602 se celebró capítulo provincial en Miralles, siendo elegido Fr. Juan Andreu que entró a gobernar la provincia de Aragón y también este convento, que desde entonces empezó a gobernarse según las constituciones y pasó a ser semejante a los demás. En 1641 contaba esta comunidad con 12 religiosos y en la etapa final sólo tuvo diez. En sus claustros se impartían estudios de Gramática y de Artes.
Cuando se produjo la ocupación francesa el convento fue cerrado y sus instalaciones fueron saqueadas, de tal manera que cuando volvieron los agustinos tuvieron que recomponer la iglesia y el convento. De nuevo fue cerrado durante el Trienio Liberal por tener un número reducido de miembros, viéndose obligados a instalarse en el de Barcelona. A su vuelta en 1823 se vieron inmersos en pleitos para recuperar las propiedades que habían sido vendidas, además de estar el convento despojado de objetos. Con la desamortización de 1835 el convento y sus propiedades fueron subastadas, terminando la historia del convento de la “Casa de Dios”. Salieron del cenobio los 11 religiosos el 27 de julio de 1835. Avisados de que iban a ir a incendiar el convento se marcharon cada uno por un lado y entregaron a algunos vecinos de Miralles y Martorell las alhajas y documentos de la casa..
Se conserva una abundante información sobre este convento gracias el libro de Fr. José Quer, cuyo manuscrito se conserva en el archivo de la provincia de Castilla y fue impreso por José Luis Santiago en la Editorial Revista Agustiniana el año 2001. Lleva el siguiente título “Libro de la Historia y Narración de las cosas más memorables de la Casa de Dios”. Consta de 17 capítulos y recoge el proceso de construcción y los hechos sucedidos en cada época. Incluye un apéndice de los priores del convento y sus difuntos.
Fr. Ricardo Paniagua