Reflexión agustiniana

Escrito el 17/09/2022
Agustinos


La Verdad

La visión de san Agustín sobre la verdad no es sistemática sino sintética, uniendo los polos de su experiencia entre el amor y la conciencia de los diversos grados del saber. Para él, Verdad y Dios son la misma entidad, el mismo referente en la vida y la misma finalidad de nuestra búsqueda, pues 6Dios es la fuente objetiva de la verdad, pero al mismo tiempo es su alimento subjetivo que satisface toda aspiración y todo deseo, como podemos apreciar de su plegaria en los Soliloquios: “Oh Dios verdad, fundamento, principio y ordenador de la verdad de todos los seres que son verdaderos... Oh Dios sabiduría, fundamento, principio y ordenador de la sabiduría de todos los seres que poseen la sabiduría” (1, 1, 3).  Ahora bien, todo hombre lleva en su interior como de manera impresa en su alma, una tendencia hacia esta verdad-sabiduría-divinidad, pues “Señor nos hiciste para Ti y nuestro corazón estará inquieto hasta descansar en Ti” (Confesiones 1, 1, 1): “Así como antes de ser felices tenemos impresa en nuestra mente la noción de felicidad, puesto que en su virtud sabemos ser dichosos, así también antes de ser sabios, tenemos en nuestra mente la noción de sabiduría, en virtud de la cual cada uno de nosotros, si se le pregunta si quiere ser sabio, responde sin sombra de duda que sí, que lo quiere” (El libre albedrío 2, 9, 26). Aún, en este nivel de comprensión, felicidad y sabiduría encuentran una indisoluble distinción, ya que “nadie es bienaventurado sin la posesión del sumo bien, que consiste en el conocimiento y posesión de aquella verdad que llamamos sabiduría” (El libre albedrío 2, 9, 26 ).  Por eso, bajo la influencia de una corriente filosófica, conocida como neo-platonismo, Agustín identifica la Verdad y el ser de Dios, pues la ciencia y la verdad dicen algo de la sabiduría, que en estos términos quiere decir la verdad trascendente, lo realmente verdadero: “no hay lugar a dudas que es Dios la inmutable naturaleza. Erguida sobre el alma racional, allí campea la primera vida y la primera esencia, donde luce la primera Sabiduría. He aquí la soberana Verdad, que justamente se llama ley de todas las artes” (La verdadera religión 31, 57). En efecto, para él como para los filósofos, Dios es “donde está la causa creadora de la naturaleza, la luz para descubrir la verdad y la fuente donde se saborea la felicidad” (La ciudad de Dios 8, 10). 

Mario Mendoza Ríos, OSA., La Búsqueda de Dios – Verdad. Colección FAE. Temas desde San Agustín, 6-7