Habla San Agustín

Escrito el 04/10/2022
Agustinos


Música: Gregoire Lourne, Africa the Cradle of life

Extiende tu deseo

Escuchad: Mirad qué amor nos ha dado el Padre que nos llamamos y somos hijos de Dios. Pues a los que se les llama hijos de Dios, sin serlo, ¿de qué les aprovecha llevar el nombre, si están privados de la realidad? ¿A cuántos se les llama médicos y no saben curar? ¿A cuántos se les llama serenos y pasan la noche entera durmiendo? Lo mismo acontece con muchos hombres: se les llama cristianos, pero no son hallados tales en la realidad, pues no son lo que indica ese nombre, es decir, no lo son en la vida, en las costumbres, en la fe, en la esperanza, en la caridad. Pero ¿qué habéis oído aquí, hermanos? Ved qué amor nos ha dado el Padre que nos llamamos y somos hijos de Dios. (…)

¿Qué seremos, pues, cuando le veamos? ¿Qué se nos ha prometido? Seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es. La lengua ha dicho lo que ha podido; lo demás ha de ser meditado en el corazón.

Volvamos, pues, a aquella su Unción; volvamos a aquella su Unción que enseña interiormente algo que no podemos decir con palabras. Como ahora no podéis verlo, ocupaos en desearlo. La vida entera del buen cristiano es un santo deseo. Lo que deseas aún no lo ves, pero deseándolo te capacitas para que, cuando llegue lo que has de ver, te llenes de ello. Es como si quieres llenar una cavidad, conociendo el volumen de lo que se va a dar; extiendes la cavidad del saco, del pellejo o de cualquier otro recipiente; sabes la cantidad que has de introducir y ves que la cavidad es limitada. Extendiéndola aumentas su capacidad. De igual manera, Dios, difiriendo el dártelo, extiende tu deseo, con el deseo extiende tu espíritu y extendiéndolo lo hace más capaz. Deseemos, pues, hermanos, porque seremos llenados.

San Agustín, Tratado sobre la 1ª carta de San Juan 4, 4-6