"El misionero se prepara para ir a las misiones"
El viernes pasado te comentaba que una actividad muy querida de la Orden de San Agustín son las misiones, lo que se conoce como la misión “ad gentes”. Es lo que tenemos presente en toda la Iglesia el día del DOMUND, cuando rezamos por los misioneros y las misiones.
Los agustinos tienen claro que, para ir a las misiones hay que preparar bien el cuerpo, el espíritu, el carácter, la mente, las aptitudes que se tienen. Y, todo esto, porque el misionero va a lugares alejados del propio, con otra lengua, cultura, costumbres que, en muchos casos, van a chocar con las propias.
Por eso, el misionero tiene que estudiar la lengua y la cultura de los pueblos a los que va a ser enviado, ya que debe tener en gran estima a la gente con la que va a vivir y su patrimonio.
Si el misionero va con la idea de que su idioma, su cultura, su forma de entender la vida son las mejores y las únicas, no va a aguantar mucho tiempo en la misión. Va a echar de menos su gente, su patria, sus costumbres, se va a sentir fuera de lugar.
Para que el misionero agustino se sienta integrado y feliz en su misión, fuera del lugar donde se ha criado y vivido la vocación, es necesario que en el lugar donde se encuentre ahora siga viviendo y trabajando en comunidad, fortaleciendo su vida consagrada y el apostolado comunitario.
Finalmente, te cuento que, para poder abrir una nueva misión, por ejemplo, en África, se necesita que lo pida un grupo de los agustinos, que lo acepte el Prior General de la Orden y su Consejo, que se tenga la autorización del obispo del lugar donde se quiere ir y, en algunos casos, también la autorización de la autoridad civil.
(Constituciones de la O.S.A. 170-172)